El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se desligó de la responsabilidad que le atribuye un informe de un comité del Senado, el cual le acusa de "crímenes contra la humanidad" y otros 8 delitos por su gestión de la pandemia de covid-19.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró este miércoles que él y su Gobierno no tienen la “culpa de absolutamente nada” en relación con el agravamiento de la pandemia de covid-19, que ya deja unos 600.000 muertos en el país.

“Sabemos que no tenemos la culpa de absolutamente nada. Sabemos que hicimos las cosas correctas desde el primer momento”, dijo el mandatario en un acto sobre mejoras en la infraestructura de saneamiento, en el municipio de Russas, nordeste de Brasil.

Bolsonaro, quien niega la gravedad del coronavirus, dio esas declaraciones el día en que una comisión del Senado tiene previsto, después de seis meses de investigaciones, divulgar su informe final sobre las posibles omisiones del Gobierno en el combate a la pandemia.

El informe, redactado por el senador Renan Calheiros, instructor del grupo, incluye como acusados a cuatro ministros y a otras 61 personas, y denuncia a Bolsonaro por “crímenes contra la humanidad” y otros ocho delitos, entre ellos los tipificados como epidemia con resultado de muerte, infracción de medidas sanitarias, charlatanería médica e incitación al delito.

Los otros son prevaricación, falsificación de documentos públicos, uso irregular de dinero público y atentados contra la dignidad del cargo, todos incluidos en el documento presentado ante la comisión, que la semana próxima decidirá si aprueba el informe y lo remite a tribunales.

“Como sería bueno si aquella CPI (comisión parlamentaria de investigación) estuviera haciendo algo productivo por nuestro Brasil. Robaron el tiempo de nuestro ministro de Salud, de funcionarios, de personas humildes y empresarios, pero nada produjeron, solo odio y rencor”, criticó el gobernante.

Bolsonaro volvió este miércoles a defender medicamentos de nula eficacia contra la covid-19, como la cloroquina, y atacó de nuevo la política “nefasta, injusta y criminal” del “quédate en casa que la economía viene después”.

Aseguró que “escuchó a mucha gente” para formar sus opiniones en relación al SARS-CoV-2 y, que si no hay un fármaco específico, “el médico tiene la libertad de buscar una alternativa”.

Asimismo, el líder ultraderechista cargó contra la obligatoriedad de la vacuna anticovid, que ya adelantó que él no se la administrará, y los comprobantes de inmunización que están pidiendo varios países y que incluso han adoptado decenas de ciudades brasileñas.

“La libertad es un bien sagrado mayor que nuestra propia vida”, sentenció.