El ministro de Salud Pública de Uruguay, Daniel Salinas, se mostró muy optimista con el proceso de vacunación en el país oriental en comparación a Chile.

Según publica este sábado el reconocido portal de noticias uruguayo, El País, Salinas destacó que la población vulnerable recibió la vacuna Pzifer a diferencia de nuestro país, que usó principalmente la CoronaVac.

Recordemos que el Ministerio de Salud entregó este viernes el primer reporte sobre el estudio “Efectividad de la vacuna CoronaVac con virus inactivado contra SARS-CoV-2 en Chile”.

De acuerdo a la investigación, la efectividad de la vacuna al día 14 después de la segunda dosis arroja que, para prevenir Covid-19 sintomático, es decir infección con síntomas, es del 67%, mientras que alcanza un 85% para prevenir la hospitalización.

A su vez, presenta un 89% de efectividad para prevenir ingreso a la UCI y en un 80% para prevenir la muerte a causa de la enfermedad.

Al respecto, Salinas sostuvo que “a nosotros nos va a ir mejor en el resultado global” de la vacunación que a Chile, apuntando a una mayor efectividad de Pzifer frente a la vacuna china.

Los problemas de Uruguay con la pandemia

Pese al optimismo de Salinas, lo cierto es que Uruguay vive el peor momento de la pandemia meses después de haber sido erigido como un ejemplo de éxito en el control de la emergencia sanitaria, con la tasa de contagios más alta del mundo y la mayor aceleración de muertes en América Latina en los últimos 14 días.

Muy lejos quedó junio de 2020, cuando el país de 3,5 millones de habitantes era un oasis en medio de un planeta devastado por el virus: llegó a totalizar menos de 20 casos activos y sumó varios días sin contagios nuevos. El gobierno manejó incluso la idea de declarar al país libre del SARS-CoV-2.

Esa posibilidad es una quimera en este abril en el que Uruguay viene batiendo récords de contagios y muertes que, en términos relativos, lo convierten en líder de los ránkings más oscuros.

En las últimas dos semanas, el país registró un promedio de 3.000 casos nuevos y casi 50 fallecimientos diarios por covid-19. Este jueves volvió a tocar un peak con 79 defunciones.

Los números develan la tasa de contagios diarios más alta del mundo y lo dejan primero en América Latina en muertes por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, según un conteo de la AFP basado en cifras oficiales.

Aunque con 1.726 muertes su tasa total de fallecimientos desde el inicio de la pandemia (47 por cada 100.000 habitantes) sigue muy por debajo de las observadas en sus vecinos Brasil (170) y Argentina (130), el virus pasó a ser la principal causa de decesos en un país en el que, en tiempos de prepandemia, moría un promedio de 90 personas cada 24 horas.

La ocupación total de camas de terapia intensiva alcanza el 73%, con un 54% ocupado por pacientes con coronavirus.

Entre debates técnicos y discusiones semánticas sobre qué porcentajes indican “colapso” o “saturación” del sistema de salud, los médicos acusan agotamiento y falta de recursos humanos.

¿Coherencia o capricho?

Una característica destacada durante el período de éxito uruguayo en la gestión de la pandemia fue que pudo lograrlo sin recurrir a una cuarentena general obligatoria ni otras medidas coercitivas.

El presidente Luis Lacalle Pou, de centroderecha y que se embanderó en el concepto de “libertad responsable”, sostiene que no cree en “un Estado policíaco” y argumenta que no pondrá obstáculos “al que sale a ganarse el pan todos los días”.

Una convicción que, en el contexto actual, sus seguidores entienden como coherencia y sus detractores, como capricho.

Los reclamos de medidas más restrictivas de la movilidad llegan ahora de todas partes. Desde la comunidad científica y médica hasta la oposición, pero también socios políticos del gobierno insisten en que, de no intervenir con más firmeza, el panorama solo puede empeorar.

El 74% de los uruguayos cree que es necesario endurecer restricciones, según una encuesta de la consultora Factum difundida esta semana.

El Guiad, un conjunto de científicos independientes creado para analizar datos sobre el virus, detalló el lunes en un informe que compara la evolución de la pandemia en países similares a Uruguay que “solo las medidas estrictas” logran bajar la movilidad para frenar el aumento de casos.

Otro grupo de científicos, el GACH, que asesora al gobierno y se ha vuelto referente para la población, elaboró un documento aconsejando nuevas medidas, varias de las cuales han sido desestimadas por el Ejecutivo.

Entre ellas, suspensión total de ceremonias religiosas y torneos deportivos profesionales, cierre de bares y restaurantes o mayores restricciones en el ingreso al país, que mantiene sus fronteras cerradas pero permite excepciones.

No obstante, Lacalle considera que las medidas vigentes, como la suspensión de las clases presenciales o el cierre de las oficinas públicas no esenciales son suficientes si son acompañadas por el comportamiento individual.

Por lo mismo, el gobierno apuesta todas sus fichas al plan de vacunación, que avanza muy rápidamente y aparece como la luz al final del túnel. Hasta ahora, el 29% de la población ha sido vacunada con una dosis de CoronaVac o Pfizer, y el 7% con dos.

Pero los científicos insisten en que la vacunación por sí sola no frenará el aumento de contagios en el corto plazo.

“Ningún país del mundo, continental al menos, pudo revertir la curva de contagios sin medidas restrictivas fuertes. Ese es un dato de la realidad”, explica a AFP el virólogo Santiago Mirazo.

Sin esa intervención, añade, “queda todo un poco supeditado al comportamiento de la sociedad” y el efecto será “mucho más lento y progresivo”.