Cientos de personas se fueron agolpando este viernes en las afueras de la Policía Federal en Curitiba (sur), a la espera de que el mítico líder de la izquierda brasileña, Luiz Inacio Lula da Silva, dejara la celda en la que se encuentra preso desde el de 7 de abril de 2018.

“Hay mucha ansiedad, son 580 días, pero también hay mucha alegría porque es una victoria, ¿verdad?”, dice Pedro Carrano, uno de los coordinadores de la vigilia Lula Libre, que se instaló al frente de la sede policial cuando el expresidente brasileño fue detenido acusado de corrupción pasiva y lavado de dinero.

“¡Lula Libre, Lula Libre, Lula Libre!”, cantan cada diez o quince minutos las personas que se han acercado al lugar. Cercas de metal fueron instaladas en las calles que convergen en la sede policial para mantener a los seguidores a distancia, así como a los equipos de prensa que se apostaron frente a la entrada principal de la policía.

Camisetas rojas, blancas y negras muestran el rostro de Lula, así como consignas ensalzando al Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó Brasil de 2003 a 2016.

Diputados y dirigentes sociales graban videos en vivo para sus redes sociales, llamando a las personas a sumarse a la manifestación.

Un pequeño palco fue instalado dentro del terreno donde se mantiene la vigilia, con la expectativa de que el exmandatario ofrezca allí su primer discurso una vez liberado.

Lula, de 74 años, en reiteradas ocasiones manifestó a través de sus abogados y compañeros de partido que lo primero que haría al dejar su celda sería visitar la vigilia que día a día realiza saludos dirigidos a la ventana del último piso del edificio donde se encuentra.

Con la entrada de la tarde, la expectativa creció entre los manifestantes.

La presidenta del partido, Gleisi Hoffman, pidió a través de una breve nota distribuida en las redes “seguir tranquilos como el presidente y evitar las provocaciones que pueden venir del clima de odio y del extremismo de la derecha”.

En el mismo mensaje se ratificaba la expectativa de que Lula visitara la vigilia este viernes y el sábado se encuentre “con amigos y militancia” en el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo (afueras de Sao Paulo), donde se despidió de sus seguidores el 7 de abril de 2018, cuando se entregó a las autoridades.