El canciller de México, Marcelo Ebrard, exhortó el viernes a Estados Unidos a invertir en Centroamérica al presentar en la Casa Blanca una multimillonaria iniciativa para la región que busca frenar la ola migratoria hacia el norte.

“Es lo más sensato que podemos hacer”, dijo tras reunirse con el asesor presidencial y yerno de Trump, Jared Kushner, y el secretario interino de Seguridad Interior, Kevin McAleenan.

Convencido de que el muro fronterizo que propugna Trump no evitará las caravanas migrantes que tanto enfurecen al mandatario estadounidense, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quiere que Estados Unidos ayude a financiar una especie de “Plan Marshall” para el sur de México y el llamado Triángulo del Norte centroamericano.

“El argumento que respalda este programa es la eficacia”, dijo Ebrard. “Esperamos que la administración de Estados Unidos valore nuestros argumentos”.

El programa requerirá una inversión de “alrededor de 10.000 millones de dólares al año” durante una década, que deberían ser aportados tanto por México (que prevé destinar unos 25.000 millones en el sexenio), como por Guatemala, Honduras y El Salvador, pero también por Estados Unidos, Canadá, Europa y otros donantes internacionales, dijo Ebrard, que la semana próxima irá a Berlín a buscar apoyos.

En marzo, tras reunirse con Kushner en Ciudad de México, AMLO dijo estar negociando inversiones por 10.000 millones de dólares para el sur de México y Centroamérica.

Ebrard dijo que no se habló del tema este viernes en la Casa Blanca, pero en rueda de prensa, pidió a la administración Trump identificar los proyectos para Guatemala, Honduras y El Salvador ya anunciados en diciembre por el Departamento de Estado por un monto de 5.800 millones de dólares.

“Lo que estamos diciendo es, bueno, aceleren los proyectos. Ese compromiso ya se hizo”, dijo Ebrard a periodistas, en alusión a las señaladas inversiones públicas y privadas para promover reformas institucionales y el desarrollo en el Triángulo Norte.

“Necesitamos que esos proyectos se presenten”, enfatizó el canciller mexicano, subrayando que el plan que impulsa México “no es asistencia”, sino “una visión estratégica a futuro”.

“2.000 millones de dólares”

Consultada por AFP, una vocera del Departamento de Estado destacó el interés de Estados Unidos de continuar dialogando con México sobre los “retos compartidos” de seguridad y desarrollo, pero no dio cifras concluyentes sobre el involucramiento de Estados Unidos en la propuesta de AMLO.

“Esperamos continuar el diálogo sobre estos temas, incluida la forma en que el apoyo de Estados Unidos a nuestros vecinos puede complementar las recomendaciones del plan de desarrollo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) anunciado el 20 de mayo”, dijo.

Este programa, lanzado el lunes en México, conforma la “hoja de ruta” presentada por Ebrard en Washington.

Según esta funcionaria, que pidió el anonimato, la Corporación de Inversión privada en el Extranjero (OPIC, por su sigla en inglés), la institución financiera de desarrollo del gobierno estadounidense, tiene unos 2.000 millones de dólares en fondos disponibles para proyectos en el sur de México.

Pero con respecto al Triángulo del Norte, la situación parece menos auspiciosa.

El Congreso estadounidense, la autoridad que decide la cooperación extranjera, aumentó desde 2015 la asistencia al Triángulo Norte ante el creciente número de niños y familias de esa región que llegaban a la frontera sur.

Pero a fines de marzo, Trump decidió suspender unos 450 millones de dólares de fondos ya asignados a El Salvador, Guatemala y Honduras, considerando que los programas de desarrollo en esas comunidades no habían alcanzado los resultados esperados, ni habían sido efectivos para prevenir el flujo migratorio.

“El presidente Trump ha aprobado ciertos fondos del Departamento de Estado en el Triángulo del Norte para continuar apoyando programas importantes que luchan contra la pandilla MS-13 y los grupos criminales transnacionales”, dijo la vocera, sin detallar montos.

Y agregó: “El gobierno de Estados Unidos dará una serie de condiciones a El Salvador, Guatemala y Honduras que deberán cumplir antes de que consideremos la posibilidad de reanudar la asistencia”.

El secretario de Estado, Mike Pompeo, debía recibir a Ebrard el jueves para conversar de este tema, pero a último minuto se excusó y dejó el asunto en manos de su número dos, John Sullivan.

Ebrard minimizó lo ocurrido y dijo que “lo malo era que no nos hubieran recibido en la Casa Blanca”.