Dos meses han pasado desde que la revista El Sábado de El Mercurio destapara las acusaciones por acoso y abuso sexual de siete mujeres, actrices y guionistas, en contra del director Herval Abreu, generando el mayor escándalo que haya remecido al mundo del espectáculo en Chile.

Y aunque el “zar de las teleseries” aseguró en su declaración a la fiscalía de Las Condes no haber cometido delito alguno, nuevos testimonios han ido surgiendo, siguiendo un esquema sorprendentemente similar a los conocidos con anterioridad.

Es el caso de Carolina Contreras, una actriz que en 1998 tenía 20 años y se estaba formando en la escuela de teatro de Fernándo González. Fue entonces cuando tuvo la oportunidad de audicionar para un rol en la telenovela de Mega, A todo dar.

Según relata la profesional, Habreu le habría ofrecido el rol protagónico, el cual declinó debido a que aún se encontraba estudiando y no contaría con el tiempo suficiente. Pese a ello el director le habría propuesto tomar otro personaje y, tras una reunión, le pidió que lo acompañara “a comer algo rápido”.

Carolina Contreras en Aquelarre | TVN
Carolina Contreras en Aquelarre | TVN

“Pensé que iríamos a una estación de servicio, pero me hizo subir a su auto y fuimos a un lugar formal, en calle Obispo Donoso en Providencia, donde ordenó una botella de vino blanco o champaña”, indicó Contreras.

Sin embargo lo que más le llamó la atención fue que su celular sonara continuamente y, tras rechazar varias veces la llamada, le respondiera -presuntamente a su mujer- diciéndole que estaba en una reunión con actores.

“Él tiene que haber visto la cara que puse porque después de cortar me dijo ‘no te preocupes que ya nos vamos’. Le dije que prefería irme a mi casa”, agrega.

Habreu habría insistido tanto en llevarla que la actriz aceptó pero, para su sorpresa, tomaron la Panamericana hasta llegar al motel Toi et Moi de San Bernardo.

“En ningún momento él me preguntó si quería ir. Estacionó el auto y yo no podía creer lo que estaba sucediendo. Me sentí presionada a acompañarlo al motel. En el fondo, me sentía culpable. Sentía que tal vez algún gesto mío durante la noche había provocado esto, pero él nunca me preguntó si quería acompañarlo a un motel. Me vi encerrada”, relata a la revista Sábado.

Carolina Contreras dice que Abreu comenzó a quitarle la ropa mientras ella se quedaba inmóvil, sin oponer resistencia.

“El cuerpo y la mente se dividen. Algo en mí se paralizó. Yo estaba en otro estado. Pensé ‘voy a tener que aguantar esto’, y Herval comenzó a tener una relación sexual conmigo”
- Carolina Contreras

La actriz asegura que nunca dio su consentimiento y que nunca sintió placer; sólo miedo. Cuando el director se percató de que ella no reaccionaba, se detuvo y le dijo ‘bueno, nos vamos’. La llevó hasta su casa, donde llegó cerca de las 23 horas.

Aunque la situación le provocó un daño emocional que la mantuvo deprimida mucho tiempo, Contreras nunca mencionó el tema a sus cercanos. Finalmente, sólo partició como extra en una escena de la producción televisiva. En 1999 obtuvo el rol de Alelí Huidobro en Aquelarre, de TVN.

Tras radicarse en Francia, la actriz comenzó una relación sentimental con el fotógrafo Eric Facon, con quien se casó. A él le contó lo sucedido en 2001 ó 2002.

“Estábamos en nuestro departamento en París. Ya vivíamos juntos cuando me contó la historia de ese director que la llevó a un motel sin que ella hubiese querido. Me dio pena y rabia. Yo creo que ella aún sentía vergüenza porque me dijo que por favor no le contara a nadie”, asegura Facon.

Sólo tras leer el primer reportaje que contenía las denuncias contra Abreu, Contreras se dio cuenta de lo parecida que fue la situación que vivió con la de la también actriz, Carola Paz. Fue entonces cuando se sinceró con su familia.

“Creo que hablar sobre esto puede ayudar. No lo hago para ser otra víctima, sino porque tenemos que ser solidarias. Que todas las mujeres hablen es lo único que puede darle veracidad a nuestros relatos”, concluyó.

“Le dije que no iba a besar a un hombre mayor”

Simoné González había conocido a Abreu con sólo 10 años, cuando actuó como Javierita Donoso en Tentación (Canal 13). La relación con el director fue tan buena, que tanto ella como su madre se encariñaron mucho con él. Tras tomar parte también en Gatas y tuercas (Canal 13) se dedicó a terminar sus estudios, por lo que no volvieron a verse hasta 2013, cuando González, con sólo 19 años, lo saludó por Facebook.

Simoné González | Facebook
Simoné González | Facebook

Abreu le habría dicho que estaba buscando a una actriz para Soltera otra vez 2 y tras una prueba de cámara quedó en el rol de Kiki. Luego la invitó a su departamento para “hablar del personaje”.

“Me hizo actuar unas escenas frente a él. Era una escena rara, porque teníamos que besarnos. Le dije que no iba a besar a un hombre mayor, pero él insistió muchas veces. Se acercó demasiado y me robó un piquito. Se notaba que estaba excitado”
- Simoné González

La joven no pudo marcharse porque ya era cerca de medianoche y ni siquiera estaba segura de donde estaba, dado que Abreu la había llevado hasta allá en su vehículo.

“Pensé que a lo mejor se había confundido y pasé la noche en la pieza de su hijo, que no estaba. Recuerdo que le puse llave a la puerta. Me fui al otro día por la mañana”, cuenta. Tras aquella experiencia, no volvió a participar en una telenovela.

“Me decía acuéstate, ¿me tienes miedo?”

El último caso es el de Luna Aballay, una modelo de 24 años que en octubre de 2016 recibió el mensaje de que Abreu, entonces de 53 años, quería conocerla. Aunque inicialmente no estaba interesada en la actuación, a insistencia de un amigo decidió encontrarse con él en su oficina.

“Me dijo que buscaba un perfil como el mío porque en televisión no habían tantas chicas morenas. Me dijo que tenía dos opciones: hacer una prueba de cámara con una chica que me iba a pasar un guión cualquiera, o juntarme con él para prepararme y hacer que quedara. ‘Piénsalo’, me dijo, y me pidió mi número”, señala.

Luna Aballay | Facebook
Luna Aballay | Facebook

Días después, Abreu habría comenzado a escribirle por WhatsApp preguntándole si había pensado en su propuesta. Ella aceptó que se reunieran, pero el director habría insistido en que fuera en su departamento en Las Condes, pues en el canal no podrían trabajar tranquilos y aseguró que había tenido una mala experiencia en un salón de eventos. Incluso indicó que lo ideal era después de las 20 horas, cuando salía del trabajo.

Aunque Aballay le dijo que ella vivía en San Miguel y le quedaba muy lejos considerando la hora, él se ofreció a buscarla al Metro. Reticente, la modelo pidió a una amiga estar atenta a su teléfono en caso de que sucediera algo. Su amiga confirmó esto a revista Sábado.

Una vez allá, Abreu le habría pedido interpretar una escena de la telenovela brasileña La presencia de Anita, donde una adolescente seduce a un hombre de 50 años. Le reiteraba que hiciera una voz muy sensual aunque, en la escena donde ella besa al hombre, le aseguró que no era necesario que lo hicieran. Luego pidieron sushi.

Al terminar, él le dijo que para saber si realmente tenía talento debían improvisar. Para ello creó una situación donde ambos debían pasar la noche en la misma habitación.

“Abreu comenzó su actuación diciendo que estaba cansado. Fue al baño y se puso un pijama blanco con líneas celestes. Luego se acostó y apagó la luz de su dormitorio. Me decía ‘Acuéstate, tú también estás cansada. ¿Me tienes miedo?’. Le dije que no quería, pero él insistía en que no iba a pasar nada. Me acosté bajo el cobertor, pero no bajo las sábanas, poniendo un cojín para separarnos”, asegura Aballay.

El director le habría asegurado que no iba a hacerle nada, que no podía arriesgar su carrera. Sin embargo comenzó a acariciarla en el brazo derecho y decirle que muchas mujeres eran capaces de hacer cualquier cosa por conseguir un papel.

Tras esto, no aguantó más y le dijo que no quería seguir improvisando. Abreu le pidió un Uber para regresar a su casa. En el camino, Aballay le envió mensajes de audio contándole lo ocurrido a una amiga modelo, Marianne Pugin.

“Me pareció horrible lo que me contó Luna. Es lo que haría una persona enferma”, confirmó ella a revista Sábado.

Nunca volvió a sacar de Abreu hasta que leyó el primer reportaje con denuncias. “Sólo pensé al fin cayó. Creía que Herval Abreu nunca iba a caer”, sentenció.