Lucky Buzzio, el comediante argentino más conocido como “Pichulotote” por su trabajo humorístico en el estelar Morandé Con Compañía (Mega), vive un difícil momento luego de dejar Chile e irse a vivir a Miami, Estados Unidos.

El hombre de 45 años llegó en septiembre al país norteamericano junto a su pareja, la chilena Graciela España. Mientras visitaba a Óscar, su hermano que vive en Chicago, decidieron quedarse en el territorio. Su bolsillo no andaba bien y debía buscar nuevas oportunidades.

“Ya llevaba un año muy mal económicamente. Había quebrado con mis locales de salchicherías, de Morandé me dejaron de llamar porque cambió el estilo de humor, bajaron los eventos y seguía con pensiones (alimenticias) muy altas”, relató Buzzio al diario de circulación nacional Las Últimas Noticias.

El comediante reconoció que tenía serios problemas monetarios. “Estaba en quiebra total”, admitió.

En Estados Unidos comenzó a buscar trabajo y llegó a hablar con uno de los cercanos a Mario Kreutzberger, quien se desempeña como uno de los animadores más importantes de la cadena Telemundo.

Al infinito y después una siesta jajaj #lukybuzzio

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“Me dijo que tenía que tener mi Visa O1 (que permite trabajar en espectáculos y medios de comunicación)”, contó. Especificó, además, que tuvo un par de amigos que enviaron cartas de recomendación que le sirvieron para obtener el documento. Iván Núñez, Ernesto Belloni, José Miguel Viñuela y Pato Torres, entre ellos.

El actor afirmó que ha subsistido sólo gracias al apoyo de su polola, su hermano y sus padres. “No puedo trabajar en otra cosa que no salga en la Visa”, argumentó.

Y a pesar de que cualquiera se imaginaría al reconocido humorista argentino descansando sobre la arena de las costas paradisíacas y disfrutando de lujos, la realidad parece ser un tanto distinta.

Saludos a todos y todas #lukybuzzio

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“No conozco Orlando ni Disney. Sólo voy a la playa a pie, que me queda cerca. Ando en micro o camino”, aseveró.

Pero para él no todo es tan oscuro. Sus primeros meses en Chile también fueron así, “por eso no me sorprendo de esto”, dijo. En un par de meses podrá postular a obtener la tarjeta de residencia definitiva y podrá trabajar en lo que realmente le gusta: ser personal trainer.

“Sé que va a salir. No soy una mala persona. Va a salir”, finalizó.