La mañana de este jueves, Rebeca Naranjo, la polola de “Nano” Calderón Argandoña, reafirmó sus dichos en contra del padre del imputado por parricidio frustrado y afirmó que temió por su integridad física.
En entrevista con Canal 13, la mujer comentó que tras una serie de episodios que ya la habían puesto incómoda sentía miedo de vivir en el departamento del abogado, donde estaba con su pareja desde fines de 2019.
“Tenía miedo de ir a la cocina, de salir sola al living. Que Nano se metiera a la tina y yo estar sola en la pieza y me siguiera tocando o quizás me fuera a violar”, señaló.
“Me sentí mal, cochina”, dijo Naranjo sobre la serie de abusos y acosos por los que acusa al hombre, los que quedaron estampados en una querella declarada admisible el martes.
Consultada sobre por qué no habló antes, Naranjo sostuvo que siempre tuvo miedo que nadie le creyera.
“Tú jamás pensarías que tu papá te fallaría así (…) siendo que lo tienes como el mejor”, dijo.
En esa línea, aseguró que decidió tomar acciones legales en contra de Calderón padre para “que se conozca la verdad” y, pese a que no justifica sus acciones, se entienda la reacción de Nano.
“Un niño que se ha criado solo”
En el contacto, Naranjo admitió pensar que su pololo reaccionó de la manera que lo hizo para cuidarla o protegerla.
“Se ha creado una imagen de Nano muy distinta a la real“, señaló, y añadió que solo quienes componen su círculo cercano realmente lo conocen.
“Creo que es un niño que se ha criado solo y por eso me protege a mí, conmigo ha llenado el vacío que tuvo en su infancia”, agregó.
En esa parte de la entrevista la mujer confirmó que el 11 de agosto, el día del ataque por el que fue formalizado junto a otros tres delitos, fue el último día que vio a su pololo.
Historia
Rebeca y Nano pretendían viajar al extranjero por un tiempo extendido. Para ahorrar dinero se fueron a vivir al departamento de Calderón padre tras su invitación, en septiembre de 2019.
¿Qué le parecía el hombre? “Una autoridad, un hombre preocupado”, indicó Naranjo, alguien con quien ella “siempre se sintió acogida”.
“Nosotros con el señor Hernán casi nunca teníamos contacto porque se iba muy temprano a trabajar y llegaba en la noche. Yo también salía en el día y casi no estábamos juntos”, recordó.
Pero su comodidad comenzó a desaparecer en febrero, tras un viaje del abogado.
“Un día estaba en la cocina, me saluda, me pregunta cómo está todo (…) me toma por detrás, me da un beso en cada mejilla y me dice ‘que descanse’. Aquí es cuando yo siento algo, quizás insinuación”, lanzó.
Naranjo le contó sobre ese hecho a una de sus mejores amigas porque alegó haberse sentido “extraña con la situación”.
“No sabía de las intenciones con la que lo estaba haciendo, porque no podía justificar sin saber algo que me diera la firmeza que lo que lo que yo estaba interpretando era cierto”, continuó.
Segundo episodio
El segundo episodio que Naranjo le acusa a Calderón padre ocurrió el 19 de marzo, en la pieza de invitados.
Allí contó que estaba sacando productos de su tienda cuando alguien la tomó por atrás.
“Nunca me imaginé que era el señor Hernán. Me empieza a tocar la piel. Me dice que tengo ‘la piel rica’ y ahí tomo en cuenta que no era Nano, que era él”, complementó.
“La verdad tenía mucho miedo, sigo con miedo. Me daba miedo hablar, que no me fueran a creer. Me paralizó, me paro y cuando me paro cierro las cajas para irme corriendo a la pieza y ahí él me dice que tenía algo en mi short y yo le digo que qué tenía y le dije que probablemente era cloro”, relató.
Acto seguido, Naranjo afirmó que Calderón padre se acercó hasta su cuello y le dijo “cosita bien hecha”.
“Me fui desesperada a la pieza y es ahí cuando me doy cuenta que lo que estaba sospechando era cierto”, concluyó.
Quiero que seas mía
Ante el desconcierto de Nano, Naranjo dejó el departamento y se fue donde su hermana con la excusa que esta “había discutido con su pareja”.
“Iba en camino y el señor Hernán me llamaba. Llegué donde mi hermana, me desahogo con ella, él sigue llamando y mi hermana siempre le quiso contestar, pero yo siempre tuve miedo que me fueran a cuestionar”, añadió.
Tras ello, Naranjo señaló que el abogado le envió mensajes que con posterioridad borró.
Finalmente habló con Nano, a quien convenció irse de Santiago con destino a Pelarco, donde estuvieron 10 días.
En la entrevista reveló que a su regreso a la capital sintió que las cosas podrían haberse calmado, sobre todo porque a esa altura ya estaba la pareja de Calderón padre en el departamento.
Pero Naranjo se dio cuenta que seguía sintiéndose mal. A su juicio, estaba “desesperada, no encontraba la manera de salir de ese departamento, pero tampoco cómo decirle a Nano lo que estaba pasando”.
Ya en mayo, y en el día del cumpleaños de Nano, se organizó un asado que terminó cancelándose por una pelea de la pareja y Naranjo se fue del departamento, algo que el imputado no habría entendido ya que el problema en cuestión habría sido una nimiedad.
Tras ello, Naranjo acusó a Calderón padre de haberla tomado por el brazo y de decirle “yo quiero que seas mía”, diálogo que habría sido interrumpido porque “Laurita”, la asesora del hogar, entró.
Naranjo comentó que Nano le pidió en reiteradas ocasiones que volviera al departamento y que incluso alojara en la pieza de invitados mientras buscaba otro hogar.
No obstante, ella le comunicó que “a ese departamento no volvía”. Con ello, el joven habría comenzado a sospechar que algo pasaba con su padre, ya que este le preguntó si había ocurrido algo entre ambos o si él la había tocado.
De acuerdo al relato de la demandante, Nano enfrentó a su padre, quien no habría reconocido nada.
Con el paso de las semanas, ese 11 de agosto, Nano se enteró de algunos mensajes, a los que les tomó foto antes de partir al departamento de su padre.
Naranjo señaló que se ofreció a acompañarlo, pero que él se negó y que le dio un beso y se fue. El resto es historia.