La semana pasada, el juez de Nueva York que lleva el caso de Joaquín “El Chapo” Guzmán, considerado el mayor capo narco del mundo, decidió no aprobar su solicitud de saludar y abrazar a su esposa antes del inicio del juicio en su contra.
La negativa se da con el objetivo de impedir que Guzmán coordine a través de ella un nuevo escape o un posible ataque.
La noticia dio la vuelta al mundo, pero una interrogante que surgió en muchas personas fue: ¿quién es realmente la esposa de El Chapo?
Su nombre es Emma Coronel y tiene 29 años. Nació en las afueras de San Francisco, Estados Unidos, gracias a que su madre mexicana viajó a ese país cuando estaba a punto de dar a luz, para que su hija tuviese la ciudadanía.
Con sólo semanas de vida, la familia volvió a Durango, México, para luego trasladarse al remoto estado de Sinaloa, donde creció.
Una extraña historia de amor
En 2006, cuando apenas tenía 16 años, conoció a Joaquín Guzmán en una fiesta organizada por su padre, quien cultivaba marihuana y amapolas.
Pese a que tenía 33 años más que ella, el hombre la sacó a bailar y Emma aceptó. La historia llegó hasta allí para Coronel, pero no para El Chapo, quien quedó fascinado con la joven y se desvivió en atenciones para ella.
Al poco tiempo Emma se presentó a un concurso de belleza en Canelas (Durango) para el cual organizó una fiesta de presentación, al que llegó Guzmán junto a cientos de sus hombres. En medio de la celebración anunció que quería casarse con ella.
Aunque le costó tomar la decisión, finalmente la joven -en ese momento de 17 años- aceptó su propuesta.
“Yo digo que lo que me conquistó de él fue su plática, su forma de tratarme… no me llevó grandes regalos ni grandes cosas, sino que él se gana a las personas por su forma de ser”, explicó al portal mexicano Proceso.
Coronel ganó por lejos el concurso y, para festejar, Joaquín organizó otra gran celebración donde no escatimó en gastos. “Gané con muchísimos votos y a partir de entonces fue cuando se hizo, pues, un escándalo de él implicándolo en mi vida, y todavía no estaba en mi vida”, dijo.
Aunque no podían contraer matrimonio legalmente debido a que El Chapo seguía casado con su anterior esposa, organizaron una gran ceremonia por la Iglesia. A la instancia asistieron los principales líderes de carteles de drogas, políticos de Sinaloa e incluso un cinturón de protección compuesto por el propio Ejército mexicano, pero ella se ha encargado de desmentirlo.
“Todo fue algo muy chiquito, con pura familia, no hubo las grandes bandas que dicen, nada de eso”, aseguró y añadió que no recordaba grandes detalles de la ceremonia oficiada por un sacerdote de Durango.
Pese a la fortuna de El Chapo, la pareja no podía salir al extranjero, pero sí gozaban de otros lujos.
Con el paso del tiempo ella se trasladó a Culiacán, donde terminó la preparatoria incentivada por Guzmán e ingresó a estudiar Ciencias de la Comunicación. “No lo he ejercido pero me gusta mucho el periodismo”, dijo.
En la Universidad evitaba decir quién era y trataba de pasar desapercibida sin ostentar demasiado de sus grandes lujos. “Hace poco entre amigas escuché un comentario sobre viajes y dieron el nombre de un viaje que estaba carísimo y una comentó ‘ni que yo sea mujer del Chapo’, sin saber que yo sí lo era”, comenta.
“Si supieras, mija, lo difícil que es serlo, no hay ningún lecho de rosas ni nada de eso”, pensó ella. Pero no dijo nada.
Durante esos años, la reputación de El Chapo creció. Forbes lo nombró por cuatro años consecutivos como uno de los hombres más ricos del mundo y las autoridades lo alzaron como el narco más poderoso.
La pareja se veía cada vez que tenían la ocasión, pero podían pasar meses sin encontrarse. Mientras ella se estableció en Culiacán, él debía cambiar de dirección frecuentemente.
En 2011 se convirtieron en padres de gemelas, y al igual que lo hizo su madre, Coronel viajó a Estados Unidos para que nacieran en ese país. La noticia fue cubierta por diversos medios, pero fue el diario Los Angeles Times, el que dio el golpe.
La publicación despertó un nuevo sentimiento en Emma, quien se dio cuenta de que sus hijas siempre estarían a la sombra de su padre. “Solamente por ser sus hijas se tienen que andar escondiendo, porque el gobierno ha decidido que también ellas tienen que pagar”, sentenció.
“Me da mucha tristeza pensar que en estos momentos no pueden ver a su papá, que de grandes puedan ser juzgadas, que las puedan señalar por cosas que ellas no tienen ni idea”, añadió.
Pese a esto, Coronel asegura que nunca vio a su esposo en negocios de drogas. “De hecho a mí no me consta que él trafique drogas, nunca he visto drogas ni con él ni con nadie; nunca lo he visto haciendo un trabajo ni cosas así. A mí no me consta”, comentó.
Una vida de lujo
Por estos días Emma y sus hijas viven en Nueva York, donde disfrutan de viajes y compras, sin escatimar en gastos.
Tanto las niñas como ella se visten con costosas prendas de diseñador y carteras Prada, mientras pasean por exclusivos sectores de la ciudad o se fotografían en playas de lujo.
Según consignó el diario inglés Daily Mail, hace algunos meses Emma celebró el cumpleaños de las gemelas, para lo cual organizó una elaborada celebración inspirada en Barbie.
La fiesta contó con enormes arcos hechos de globos rosados y una gran cantidad de objetos de la famosa muñeca. Pero eso no era nada, pues arrendó un salón de baile con una lámpara de araña que fue rediseñado para convertirlo en la casa de ensueño de Barbie.
Algunos mexicanos reaccionaron con furia después de ver la lujosa fiesta de cumpleaños y acusaron a la ex reina de belleza de usar “dinero ensangrentado” del imperio de las drogas de su marido de 61 años.
“Toda la historia con ella es surrealista”, aseguró un agente retirado de la DEA al diario New York Post. “Da la vuelta y ostenta su riqueza y su estilo de vida frente a la cara de todos”, agregó.
Recordemos que el narcotraficante está actualmente encerrado en una prisión de alta seguridad en Nueva York, luego de su extradición de México en enero del año pasado.
Se le ha acusado de 17 delitos, entre ellos el de liderar el extremadamente peligroso cartel de la droga en Sinaloa y de transportar al menos 200 mil kilos de cocaína a los EE.UU. desde México.
