Su onceava película, llamada "El Callejón de las Almas Perdidas", se estrena en cines chilenos el 27 de enero.

Cualquiera que piense en Guillermo del Toro recuerda, casi de inmediato, sus monstruos. Y es que las extrañas y peculiares criaturas que ha mostrado a lo largo de sus películas acabaron siendo parte del imaginario en su obra.

“Para mí, el monstruo siempre había sido una anomalía interesante para para probar que el verdadero monstruo es el humano”, explica del Toro a BiobioChile. “Me interesaba poner la reacción del humano a la anomalía y creo que ahorita vivimos en una anomalía global”, añade.

Es por eso que, a pesar de que la gente se acostumbró a ver sus criaturas totalmente diferentes, del Toro pasó a crear una obra de cine negro que, a sus palabras, era un sueño desde hace años.

“Toda mi vida he sido un fan acérrimo de la literatura y el cine negro. Mi primer cortometraje, Doña Lupe, es así. Y por fin pude hacer realidad el sueño del Guillermo del Toro de 20 años, acercarme a ese tipo de cine”, comenta.

Y es que El Callejón de las Almas Perdidas tiene monstruos, pero vestidos de trajes elegantes y siendo bellos a la vista. Esta es la onceava película del director mexicano y asegura, acabó siendo uno de sus proyectos más complicados debido a que se realizó en plena pandemia.

“Es la más difícil que he hecho, no me queda duda”, confirma. “Pero también es una de las que mayor satisfacción me da”, confiesa.

La cumbre escarlata (2015) es ambiciosa visualmente, temática y cinematográficamente. Pero a nivel realización, ésta tiene menor presupuesto y es infinitamente más compleja: tenemos sets más grandes, extras por cientos y al mismo tiempo, un reparto absolutamente fabuloso”, describe, recordando la experiencia.

Una historia sobre la fama

Basada en la novela homónima de William Lindsay Gresham, publicada en 1946, El callejón de las Almas Perdidas sigue la historia de Stanton Carlisle (Bradley Cooper), un hombre que al unirse a un circo, aprende a engañar a las personas haciéndoles creer que puede leer sus pensamientos, transformándose poco a poco en un estafador.

Su éxito lo lleva a aliarse con la doctora Lilith Ritter (Cate Blanchett) con quien comienza a manipular la mente de personas con mayor poder y dinero.

Según del Toro, la película acabó retratando la realidad actual, marcada por la búsqueda del reconocimiento y lo material.

“Todas las películas que he hecho hablan de lo que me interesa en el momento actual. Y la idealización del éxito está en esta película es un tema eterno del mundo moderno que inicia brillantemente en la novela”, menciona.

“El mundo cambió. Y creo que siempre respondo a lo que siento necesidad de hacer. Cuando la otredad necesitaba una canción de amor, me gustó hacer La Forma del Agua“, comparte, asegurando que él responde como lo haría “un pintor o un cantante”.

La realidad nos ha monstruizado a todos, realmente vivimos en un momento de asfixia muy brutal, una ansiedad que está presente en lo político, en lo ecológico, en lo personal, en lo espiritual”, explica.

“Vivimos en una tensión absoluta. Hay una sensación sorda en el alma de que vamos a perder todo en cualquier momento, y por eso buscamos la reconfirmación de la fama, el prestigio más vacío a través de clicks o seguidores”, concluye.

El callejón de las almas perdidas se estrena este jueves 27 de enero en cines.