El actor Tom Hopper, quien interpreta a Luther Hargreeves en la serie de Netflix The Umbrella Academy. se sinceró sobre los problemas alimenticios que lo han aquejado durante su vida. Si bien al intérprete solemos verlo con un cuerpo fornido y “saludable”, él reconoce que sus hábitos nunca lo han sido.

Su decisión de hacer pública esta situación, nace luego de las reiteradas situaciones que ha visto de personas que padecen trastornos alimenticios y una forma de concientizar sobre el cuerpo y que “no por verte fuerte o musculoso, significa que estás sano”.

En una entrevista con revista People, el actor de 36 años dijo que “creo que lo que me pasa es que ha sido un viaje bastante largo. La razón por la que he elegido hablar de ello ahora es porque estoy en un momento de mi vida en el que siento que mi propia salud está en un muy buen lugar, mental y físicamente”.

Para Hopper, uno de los enigmas más grandes a resolver era poder entender por qué aún después de seguir estrictos regímenes alimenticios seguía sintiéndose mal consigo mismo. “Soy bastante extremista en muchas de las cosas que hago. Si lo hago, lo hago todo, y eso va a las cosas dañinas que solía hacer, como fumar 20 cigarros al día“, señaló.

“Comía comida rápida la mayoría de los días. Un viaje promedio de McDonald’s sería una comida Big Mac, con un gran batido de fresa. Y luego dos hamburguesas con queso, para luego comer 12 donas de una sola vez, sin ningún problema. Comería una pizza grande de dos los martes“.

El actor declara que esos eran los días más difíciles. “Por fuera, parecía un tipo que iba al gimnasio. No estaba particularmente delgado ni nada, pero mi cuerpo se estaba amortiguando, ya fuera por mi metabolismo o por mi juventud. Pero por dentro era un desastre. Tenía dolores de cabeza constantes y me enfermaba todo el tiempo”.

Sin embargo, no fue hasta que conoció un programa donde aprendió la importancia de comer y que alimentarse no tenía que solamente con comer cosas verdes o sólo proteínas. “Ahora me doy cuenta de que la inflamación en mi cuerpo estaba causando todo tipo de desequilibrios, y esa es la forma en que viví durante mucho tiempo en términos de alimentación”, sostiene.

El británico señala que adoptó un nuevo enfoque en su vida. Este programa cambió su visión, por lo que también cambió la forma en la cuál percibía la comida y así mismo. “Hubo este efecto inmediato una vez que comenzamos a eliminar los alimentos que me hacían mal. Comencé a perder grasa corporal, a mantener los músculos y luego a sentirme genial. Mis niveles de energía, todo fue simplemente boom, me sentí genial. Y pensé, ‘Dios mío, así es como se siente el equilibrio”, afirma a People.

Ahora, Tom Hopper espera ayudar a personas que estén pasando por alguna situación similar, ya que un cambio de vida podría ser la respuesta a muchos pesares que aquejan a millones de personas diariamente.

Sobre su familia y su hijo con autismo

En una anterior entrevista con la misma revista, el británico contó su experiencia sobre cómo ha sido criar a un hijo con autismo. Hopper está casado con la también actriz Laura Higgins, con quien tiene dos hijos: Truly Rose de 2 años, y su hijo Freddie de 5.

Según contó la pareja, Freddie recibió su diagnóstico justo antes de su quinto cumpleaños en marzo de este año, y desde entonces han compartido parte de su día a día a través de redes sociales. “Pensamos, tenemos que hacer esto por los padres que están pasando por esto para que no se sientan solos“.

Tom y Laura notaron por primera vez que su hijo era diferente alrededor de los 18 meses. “Lo primero que notamos fue que Freddie no se dio la vuelta para ver su nombre. A partir de ahí, cuanto mayor era, más brecha había entre él y otros niños de su edad, en términos de su progreso”, dicen a revista People.

Sin embargo, y aunque el camino no ha sido fácil, ambos actores señalan que su hijo ha tenido un desarrollo normal, pese a no hablar. Además, quitaron todos los alimentos altos en azúcar, algo que les ha ayudado en el día a día.

“Le quitamos el azúcar a Freddie, además de ciertas frutas y miel. La diferencia fue enorme. Eliminó cualquier agresión y mantiene estables sus estados de ánimo”, concluye.