El elenco de El diablo se viste a la Moda se reunió para celebrar los 15 años de la película, donde salieron varias revelaciones acerca de la producción de la exitosa cinta.

Una de las que más llamó la atención vino directamente de Meryl Streep, cuyo personaje de Miranda Priestly sigue siendo recordado e imitado hasta el día de hoy.

Para quienes nunca han visto la película (porque han vivido alejados de la sociedad durante la última década), la historia sigue la vida de Andrea (Anne Hathaway), una aspirante a periodista que encuentra trabajo como asistente de la editora más exigente y prestigiada en el mundo de la moda, gracias a su labor en la revista Runway.

Priestly es conocida por ser muy dura, intimidante y exigente con sus trabajadores, quienes prácticamente no pueden tener vida personal afuera del trabajo.

Costo personal

El personaje le valió una nominación al Óscar a Streep, pero también tuvo un costo personal. Según confesó en la reunión, durante el rodaje intentó convertirse en una “actriz de método”, que es una técnica que utilizan algunos intérpretes donde “no se salen” de su personaje durante prácticamente todo el día.

“¡Fue horrible! Me sentía [miserable] en mi remolque. Podía escucharlos a todos pasarlo bien y reír”, recordó Streep. “¡Estaba muy deprimida! (Así que) Dije,’¡Bueno, es el precio que pagas por ser el jefe!"”, añadió, según consignó la revista People.

“¡Esa es la última vez que intenté algo con el ‘Método’!“, sentenció.

Compañeros intimidados

Sus compañeros de reparto, recuerdan que también se sintieron un poco intimidados con el proceso de Streep. Hathaway fue una de ellas.

“Sabía que fuera lo que fuera lo que estaba haciendo para crear ese miedo… lo apreciaba [porque] también sabía que ella me estaba cuidando”, reconoció Anne Hathaway.

“Hay una escena en la que [ella dice], ‘Eres tan decepcionante como el resto de esas chicas tontas’. Recuerdo que cuando la cámara se volvió hacia mí, la presión realmente me afectó. Había tenido mucha fluidez emocional ese día, pero en ese momento simplemente ya no estaba allí”, dijo.

Emily Blunt, quien dio vida precisamente a su otra asistente Emily, tuvo una impresión un poco diferente. “Meryl es muy sociable y divertida, y creo que de alguna manera no fue lo más divertido para ella tener que dejar de ser quien era”, contó.

“No fue como si ella fuera inaccesible; podías acercarte y decirle: ‘Dios mío, acaba de pasar lo más divertido’. Ella escuchaba, pero no sé si fue divertido para ella estar en el set siendo así”, agregó.