Este domingo se emitió la reveladora entrevista a la actriz estadounidense Meghan Markle, esposa del príncipe Harry de Inglaterra, quien se sinceró con la presentadora Oprah Winfrey en CBS.

Recordemos que desde que la pareja se casó en 2018, la relación de ambos con la familia real se volvió conflictiva, al punto que Harry y Meghan decidieron dejar sus títulos reales.

En la ocasión, se sinceró respecto a varios temas, como algunos conflictos que tuvo con Kate Middleton -esposa de su cuñado el príncipe William-, su relación con la reina y cómo la prensa sensacionalista británica se ensañó con ella.

Pero una de las revelaciones que más llamó la atención e incluso causó indignación en las redes sociales, dice relación con el presunto racismo existente en el entorno real.

En la ocasión, Meghan afirmó que cuando estaba embarazada de su primer hijo, Archie, funcionarios del palacio le informaron que su bebé no tendría un título y por lo tanto no tendría protección, además de manifestarle su preocupación sobre el color de piel de su hijo. Esto porque la actriz es mitad afroamericana.

“En esos meses en que estaba embarazada (…) tuvimos una serie de conversaciones sobre que ‘no se le daría seguridad, no se le daría un título’ y también preocupaciones y conversaciones sobre qué tan oscura sería su piel cuando naciera”, dijo Meghan a la entrevistadora.

Al ser consultada por Oprah sobre quién le dijo eso, Meghan prefirió no señalar a nadie porque no quería perjudicar a esa persona.

Entre otras cosas, Meghan Markle también confesó que consideró quitarse la vida y que no recibió apoyo de la familia real en sus momentos de dolor más profundo.

La actriz indicó que sus sentimientos suicidas se hicieron tan fuertes que sentía que no podía quedarse sola. “Sabía que si no lo decía, lo haría. Y yo … simplemente ya no quería vivir más. Y ese era un pensamiento constante muy claro, real y aterrador”, afirmó.

Meghan asimismo afirmó que había sido silenciada por el palacio y que ella y Harry se casaron en secreto tres días antes de la ceremonia pública de su boda.

“Fue solo una vez que nos casamos y todo comenzó a empeorar realmente que llegué a comprender que no solo no estaba protegida, sino que ellos (la familia real) estaban dispuestos a mentir para proteger a otros miembros de la familia, pero no estaban dispuestos a decir la verdad para protegernos a mí y a mi esposo”, afirmó.