El 23 de abril pasado, Kate Middleton dio a luz a su tercer hijo, el príncipe Louis. Lo curioso de su nacimiento, es que a poco más de siete horas de haber llegado al mundo, su madre apareció ante decenas de fotógrafos que la esperaban afuera del hospital, con el bebé en sus brazos y viéndose casi “perfecta”.

Algo similar ocurrió tras el nacimiento de sus hermanos, los príncipes George y Charlotte, que también fueron presentados en sociedad con pocas horas de vida y con una mamá luciendo impecable.

Esto molestó de sobremanera a la actriz británica Keira Knightley, quien recientemente lo dejó entrever en un ensayo titulado El sexo débil, incluido en el libro de la periodista Scarlett Curtis, titulado El feminismo no viste de rosa y otras mentiras.

Para la actriz, fue inaceptable que Middleton se mostrará tan arreglada en 2015, después de haberse convertido en madre de la princesa Charlotte (hoy de tres años).

Agence France Presse
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Pocos días antes, la artista había dado a luz a su primer hijo Eddie, y, a su forma de ver, la situación fue muy diferente. “Miramos la televisión. Ella (Kate Middleton) había salido del hospital siete horas después de dar a luz, maquillada y con tacones”, señaló.

“Esa era la cara que el mundo quería ver. Esconder nuestro dolor, esconder nuestros cuerpos divididos, nuestros pechos goteando y nuestras hormonas enfureciéndose. Lucir hermosa, lucir elegante no muestra tu campo de batalla, Kate”, agregó.

“Siete horas después de luchar contra la vida y la muerte, siete horas después de que tu cuerpo se abriese en dos y una vida cubierta de sangre y gritando saliera de ti”, añadió.

“Posar ahí con tu bebé y ser fotografiada por un grupo de hombres. (Es como decir) Esto es fácil. Pasa todos los días. ¿Cuál es el gran problema?”, sentenció. “La muerte también pasa todos los días, pedazo de mierda, pero no tienes que pretender que es fácil”, continuó.

La protagonista de Orgullo y Prejuicio recordó su propia experiencia y la narró para su hijo. Según contó, luego de dar a luz recibía a sus cercanos usando una bata del hospital y pantalones de papel, porque aún sangraba por el parto.

“Mi vagina se rompió. Saliste con los ojos abiertos, los brazos levantados y gritando. Te pusieron encima de mí cubierto de sangre y con tu cabeza deformada por el parto. Tú te agarraste a mi pecho inmediatamente. Hambriento. Recuerdo el dolor”, señaló.

“Mis pechos estaban frente a todos, pero no me importaba. Tu vida es mi vida. Me necesitas. Estoy aquí. A la mierda ellos y sus caras de avergonzados ante mi semidesnudez animal”, prosiguió.

La intérprete y rostro de Chanel aseguró que durante su estadía en el hospital no durmió y sólo pudo tomar una ducha cuando llegaron a su casa. “Mis zapatos estaban pegajosos con el líquido amniótico”, explicó.

“Recuerdo el vómito, la sangre, los puntos de sutura. Recuerdo mi batalla. Tu batalla y la vida abriéndose camino. Sobrevivimos. ¿Y yo soy el sexo débil? ¿y tú?”, finalizó.