El permiso para operar de la aerolínea Latin American Wings fue rechazado definitivamente este miércoles por la Dirección General de Aeronáutica Civil.

La información, que fue confirmada por la DGAC a BioBioChile, haría definitiva la suspensión decretada en marzo contra la polémica aerolínea.

La DGAC detalló que la resolución es resultado de “la Auditoría Integral efectuada a dicha compañía que arrojó numerosos incumplimientos a la normativa aeronáutica”.

“Por otra parte, se detectó que esta empresa ha dejado de cumplir con los requisitos exigidos por esta autoridad aeronáutica, afectando la seguridad de las operaciones aéreas”.

Finalmente, la Dirección lamentó las consecuencias que la decisión pueda tener sobre los usuarios.

El negocio de LAW

LAW irrumpió en el mercado aéreo en enero de 2016 con la ruta Santiago-Punta Cana (República Dominicana) a precios bajísimos.

Sus viajes salían del país con muy pocos pasajeros, pero los que llegaban a Chile en los viajes de vuelta eran cada vez más. Extranjeros, principalmente. Dominicanos y sobre todo haitianos que cruzaban la frontera para embarcarse rumbo al sur. Era en el retorno que los viajes se pagaban.

Para el tercer trimestre de 2016, LAW ya realizaba cuatro de esos trayectos a la semana. También viajaban a Lima, en Perú, donde hacían escalas técnicas, pero su foco seguían siendo los inmigrantes.

Un exejecutivo de la empresa que pidió reserva de su nombre aseguró a Radio Bío Bío que así se dieron cuenta de que su estrategia debía ser otra: “El negocio ya no era vacacional, sino étnico”, sentenció.

A fines de ese primer año ya habían ampliado la ruta para llegar directamente a Puerto Príncipe, la capital de Haití, desde donde los vuelos salían llenos. Vendían pasajes ida y vuelta, pero la mayoría de sus pasajeros sólo usaban la mitad del trayecto, por lo que la ganancia era segura.

Según datos oficiales, de los casi 14.000 haitianos que llegaron a Chile entre enero y octubre de 2016 a través de LAW, apenas 209 volvieron a su país. La aerolínea se quedaba con el valor del pasaje de retorno ya pagado y no utilizado y las correspondientes tasas de embarque.

Quienes conocieron por dentro esas operaciones estiman que cada vuelo se traducía en US$ 40.000 de ganancia.