En agosto del año pasado, el presidente Sebastián Piñera presentó el proyecto de Portabilidad Financiera, el cual ya está a un paso de convertirse en ley.

La iniciativa tiene por objetivo facilitar a las personas la portabilidad de sus cuentas corrientes, líneas de crédito, créditos automotrices, créditos de consumo y tarjetas de crédito de una institución financiera a otra en forma rápida y con menores costos.

El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, explicó que con esto se “reducirá el costo de cambio, los trámites y tiempos para cambiarse” de institución financiera.

Por ejemplo, dijo, “hoy refinanciar un crédito hipotecario de 1.000 UF implica un costo aproximado de $700.000. La portabilidad bajará el costo en un 60%, a $280.000 aproximado”.

“La nueva ley potenciará la competencia entre las instituciones financieras, alentándolas a ofrecer mejores condiciones a sus clientes para retenerlos, lo que posibilitará menores costos de refinanciamiento y menores tasas”, afirmó Briones.

Funcionamiento

El mecanismo contempla que la persona que quiera cambiarse de entidad, o refinanciar un crédito, deberá solicitar online un certificado de liquidación con la individualización y el detalle de todos sus productos.

Con ese documento podrá cotizar préstamos y productos en otras entidades crediticias.

Una vez elegida la nueva institución, el cliente deja firmada una solicitud de portabilidad financiera, con lo que comenzará de manera automática el proceso de cierre de los productos financieros y la apertura de los nuevos en la entidad a la cual ingresa.

Esta iniciativa beneficiará al 97% de la población adulta que tiene algún producto financiero, incluyendo 3,8 millones de cuentas vista, 4 millones de cuentas corrientes y 20 millones de tarjetas de crédito.