La fuente Comic Sans nació en 1994 en manos del tipógrafo Vincent Connare (57) y, de un día a otro, se volvió la más odiada por los diseñadores gráficos y profesionales del rubro. Lo anterior al ser considerada de “mal gusto” por su apariencia “infantil” y/o “informal”.

A pesar de ello, la tuitera Sandra Rey Bossoms, conocida en la red social como @SBossoms, decidió argumentar a favor de la famosa letra de Microsoft, que se estrenó en Windows 95, considerando cinco aspectos positivos en su análisis. “Lo prometido es deuda”, escribió la joven, que tenía a sus más de 3 mil seguidores expectantes.

En primer lugar, Sandra recordó los orígenes de esta fuente, la que fue creada por una especial necesidad. “En 1995, Microsoft sacó un programa llamado Windows Bob, que básicamente era una aplicación que tenía como objetivo hacer más intuitiva la experiencia con los ordenadores Windows”, recordó.

Este programa estaba protagonizado por un perrito que guiaba al usuario con un cuadro de diálogo escrito con Times New Roman, en donde explicaba los procedimientos. No obstante, esta letra era demasiado “seria”, motivo por el que diseñaron la “Comic Sans”.

“Si se utiliza en las situaciones adecuadas, ayuda al diseñador (o a quién sea) a que el mensaje sea más informal o amigable”, opinó.

En segundo lugar, Sandra detalló que fue la primera letra que se veía legible a pesar del zoom, ayudando a quienes tienen más dificultades para leer.

En esta misma línea, la tuitera entregó su tercer argumento: “Es una tipografía que va genial para la gente que sufre dislexia”.

Lo anterior lo fundamentó explicando que la mayoría de las letras usan de base vocales como la “o” ó la “a” para crear consonantes, facilitando la confusión de quienes padecen este problema. En cambio, cada letra de Comic Sans es distinta a la otra, siendo considerada irregular, por no seguir patrones.

“De hecho, la Comic Sans es una de las pocas tipografías recomendadas por organizaciones como la British Dyslexia Association y la Dyslexia Association of Ireland”, agregó.

Sandra además señaló que hay un estudio de 2010 hecho por investigadores de psicología de la Universidad de Princeton que asegura que leer un texto con esta fuente ayuda a retener más información.

En una explicación breve, la mitad de los participantes debió leer un texto en esta fuente y otra mitad en una más “convencional”. Tras ser distraídos por 15 minutos, quienes leyeron en Comic Sans recordaron en más detalle. “Leer con una tipografía que en teoría la hace más ‘difícil de leer’ (debido a que es irregular), hace que nos concentremos más y retengamos mejor la información”, detalló.

Finalmente, la joven argumentó que no se trata de que la letra tenga algún “problema”, sino que el usuario debe saber emplearla de la forma y en el contexto correcto.