Hoy en día Twitch es una de las plataformas que está de moda en Internet. Conocidos streamers como Ibai, quien cuenta con varios millones de seguidores, utilizan este sitio para hacer sus transmisiones periódicamente.

Y aunque su popularidad aumenta día a día, uno de sus co-fundadores ve a la distancia cómo su creación ha ido superando todos los límites inimaginables en los últimos años.

Se trata de Justin Kan, quien en 2007 creó Justin.TV junto a un grupo de amigos, un portal dividido en canales que permitía a cualquier persona transmitir vídeos en vivo, la cual se convertiría en la precursora de Twitch.

Con un éxito arrollador, en 2013 Twitch ya registraba un promedio de 43 millones de espectadores por mes, despertando el interés de varios gigantes de la industria. Un año después terminó siendo comprada por Amazon, adquisición que involucró el pago de mil millones de dólares.

Pese a que muchos podrían creer que después de haber fundado una plataforma de tal envergadura sólo habrían venido éxitos en su carrera, recientemente Justin dejó en claro en sus redes sociales que no todo ha sido color de rosa.

Tal como explicó, luego de vender Twitch, Justin emprendió en Atrium, un negocio de tecnología jurídica para digitalizar el sector legal, el cual terminó convirtiéndose en un total fracaso, lo que lo llevó a perder 75 millones de dólares y “unos cuantos amigos”.

“Mi primera empresa Twitch fue vendida por 1000 millones de dólares. Mi segunda perdió 75 millones de dólares en 36 meses. A la gente le encanta hablar del éxito, pero hoy voy a hablar del fracaso. Es hora de ser honesto sobre Atrium”, escribió en su cuenta de Twitter.

“Durante mi tiempo como socio en @ycombinator, mi ambición de construir algo grande solo creció. Di el paso y decidí seguir la sabiduría ‘ancestral’ de solucionar mi propio problema y construir una startup en torno a la solución”, continuó.

“Odiaba hacer trabajo legal para mis nuevas empresas y nunca entendí realmente por qué estaba pagando. Toda la experiencia fue demasiado complicada y opaca. Empecé Atrium para facilitar las cosas a los emprendedores”, sostuvo.

De esta manera, conformó un equipo de cinco fundadores liderados por él mismo. Lograron recaudar 10 millones de dólares en una ronda de inversores para su proyecto.

Pero a pesar de su entusiasmo, las cosas no salieron como esperaban, y debido a una serie de errores, Atrium terminó fallando. El 4 de marzo de 2020, la firma dejó de existir.

En sus redes sociales, Justin aseguró eso sí que no todo fue tan malo, ya que pudo sacar varias cosas en limpio tras este tropiezo. Por lo mismo, aprovechó la instancia para enumerar los errores y aprendizajes que sacó de la experiencia con Atrium.

1. Construye algo en lo que creas y ames, no para tu ego

Como ocurre con la mayoría de los fundadores después de una gran venta, mi ego no dejaba de insistir en que pensara en “algo más grande”.

Mis sueños estaban llenos de números increíblemente grandes. Una empresa de diez mil millones de dólares. Una empresa de cien mil millones de dólares.

2. No teníamos claro nuestra misión desde el principio

Es muy difícil escribir la misión después de los hechos. Debe comenzar con una razón clara para existir y filtrar las primeras contrataciones para los creyentes.

Sin objetivos claramente definidos entre los cofundadores, pueden surgir enormes costos de fricción.

3. Contratamos demasiado rápido

En Atrium contratamos a demasiadas personas demasiado rápido y no pudimos establecer una cultura cohesiva desde el principio. Esto es increíblemente difícil de cambiar más adelante.

4. Priorizar el crecimiento sobre el producto

Recaudamos una serie A de 10 millones de dólares con solo una idea. Nos enfocamos en el crecimiento por encima de todo lo demás. Si bien hicimos crecer con éxito nuestra base de clientes, no pudimos retenerlos.

Simplemente no habíamos dedicado el tiempo suficiente a perfeccionar nuestro producto.

5. No definimos nuestro “quién” desde el principio

No estaba claro a quién servía Atrium; los abogados o los clientes que compraban nuestros servicios legales. Sin hacer la distinción, caímos en el abismo de intentar ser todo para todos.

6. Por el contrario, al principio de Twitch, decidimos que solo serviríamos a los streamers e iteramos hasta que pudiéramos servirlos de la mejor manera posible.

7. Liderazgo de ganar o morir

Mis colegas necesitaban apoyo y preparación para el éxito. Mi estrategia de “ganar o morir” no funcionó y, lo que es peor, tensó las relaciones.

Perdí a varios amigos de esta manera.

Un enfoque más empático habría sido al menos un impulso moral para el equipo.

8. No mirar hacia adentro y hacer grandes preguntas

No descubrir mi motivación intrínseca hizo que fuera imposible mantenerme resistente en situaciones difíciles. Mi gran pregunta era, ¿realmente quiero ser el director ejecutivo y crear productos? Tampoco tenía pasión ni interés real por la tecnología legal.

9. Después de Atrium, me di cuenta de que construir productos y ser un CEO no era mi objetivo principal

Me encanta la gente interesante, las historias y las ideas – todo esto me ha llevado a la creación de contenidos.

Ahora estoy mucho más actualizado y persigo algo que me satisface.

10. Mis fracasos no me definen

Es una mierda tener que cerrar una empresa. No fui el único afectado y defraudé a mucha gente.

Afrontarlo y seguir adelante para descubrir lo que es importante es lo que realmente importa.