El reconocido científico Carl Sagan explicó en un libro de 1995 como sería la sociedad en un futuro. Para muchos, su profecía ya se está haciendo realidad.
Casi 30 años atrás, el célebre astrónomo Carl Sagan hizo una predicción de cómo sería una versión la sociedad en el futuro, específicamente en Estados Unidos y, según muchas personas, sus ideas parecen describir de manera “precisa” a la actual sociedad norteamericana.
En un fragmento de su libro El mundo y sus demonios: la ciencia como una luz en la oscuridad, publicado en 1995, Sagan describe a EE.UU de manera distópica, alegando que los “temibles poderes tecnológicos” estarían “en manos de unos pocos”.
La profecía del científico está llena de advertencias que algunos consideran demasiado cercanas a lo que es la realidad, llegando incluso a creer que tenía una máquina del tiempo que le permitía ver el futuro.
¿La predicción del futuro de Carl Sagan es cierta?
El polémico libro realizado por Sagan busca explicar el método científico a personas ajenas al campo de la investigación y las anima a aprender el pensamiento crítico y escéptico sobre las cosas que las rodean.
En ese camino, el texto busca distinguir entre la ciencia y la pseudociencia, haciendo menciones a brujas, el horóscopo, los ovnis, la percepción extrasensorial (el llamado “sexto sentido”) y la “curación” mediante la fe.
El fragmento polémico presagia un mundo de desinformación, el auge de las grandes tecnologías y los medios influyentes, mediante el que el científico intentaba incentivar a las masas a tener mentes abiertas y una imaginación activa, pero con un pensamiento crítico.
“La ciencia es más que un conjunto de conocimientos; es una forma de pensar”, sostenía el astrónomo considerado como un visionario.
“Preveo cómo será las en Estados Unidos en la época de mis hijos o nietos, será una economía de servicios e información; casi todas las industrias manufactureras claves se han ido a otros países”, comienza el pasaje “profético”.
Y continúa: “Los temibles poderes tecnológicos estarán en manos de unos pocos y nadie que represente el interés público se podrá acercar siquiera a los asuntos importantes; la gente habrá perdido la capacidad de establecer sus propias prioridades o de cuestionar con conocimiento a los que ejercen la autoridad”.
“Nosotros, aferrados a nuestros cristales y consultando nerviosamente nuestros horóscopos, con las facultades críticas en declive, incapaces de distinguir entre lo que nos hace sentir bien y lo que es verdad, nos iremos deslizando, casi sin darnos cuenta, en la superstición y la oscuridad”, agrega el texto viralizado en redes sociales.
Finalmente, remata: “La caída en la estupidez de Norteamérica se hace evidente principalmente en la lenta decadencia del contenido de los medios de comunicación, de enorme influencia, los fragmentos de sonido de 30 segundos (ahora reducidos a 10 segundos o menos), la programación de nivel ínfimo, las presentaciones crédulas sobre pseudociencia y superstición, pero sobre todo en una especie de celebración de la ignorancia”.
Carl Sagan fue un científico y gran comunicador, transmitió al mundo las ideas con una lírica sin igual. Pero no siempre se trata de ideas complejas, sino que también dedicaba tiempo a reflexionar sobre la humanidad.
Sagan, conocido mundialmente por presentar el programa de… pic.twitter.com/Xj55FxmFsk
— Somos Cosmos (@InformaCosmos) July 1, 2023
El astrónomo que “predijo” la sociedad actual
Carl Sagan fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo y un reconocido divulgador científico planetario estadounidense. Era conocido como un pionero en el campo de la exobiología, que es el estudio de la posibilidad de vida extraterrestre.
En su carrera, el investigador ayudó a reunir los primeros mensajes físicos enviados al espacio y estuvo entre los primeros en determinar que podría haber existido vida en Marte anteriormente.
Inicialmente, Sagan fue un profesor asociado a la Universidad de Harvard y posteriormente fue un profesor principal en la Universidad de Cornell. Además, a lo largo de su vida académica, el astrónomo instó constantemente a la NASA a ampliar su exploración del Universo.
Lamentablemente, el investigador no llegó a ver las repercusiones de su profecía, que para muchos se hizo realidad, ya que murió a los 62 años, en diciembre de 1996, a causa de una enfermedad de la médula ósea, llamada mielodisplasia.
