Un secreto familiar y pistas sobre la posible causa de muerte del compositor alemán Ludwig Van Beethoven fueron los principales hallazgos de un análisis del ADN de una hebra de su cabello.

El estudio del ADN dejado por Ludwig van Beethoven en una hebra de cabello dejada tras su muerte reveló no solo que el histórico músico tenía predisposición a enfermedades al hígado y que padecía hepatitis B -lo cual, junto con su consumo de alcohol, podría haber contribuido a su muerte-, sino también un “evento extramarital” entre sus ascendientes paternos.

Los científicos analizaron los datos genéticos de familiares vivos de Beethoven en Bélgica, no consiguiendo confirmar vínculo alguno con su supuesto antepasado. Según detalla el estudio publicado en Current Biology, algunos comparten un ancestro paterno a finales de los 1500s y principios de los 1600s, pero no encontraron coincidencias en el cromosoma Y encontrado en las muestras de su cabello.

Por lo tanto, concluyeron que existió al menos un “evento de paternidad extrapareja” en su línea paterna directa, sugiriendo que éste pudo ocurrir entre la concepción de Hendrik van Beethoven en Kampenhout, Bélgica, en 1572, y la de Ludwig van Beethoven 7 generaciones después, en 1770, en Bonn, Alemania.

Previamente, ya se había puesto en duda la paternidad del padre del músico debido a la ausencia de un registro de su bautismo, pero los científicos no pudieron concluir a ciencia cierta si es éste el caso en cuestión.

Su salud, revelada

En 1802, Ludwig van Beethoven pidió a su médico, J.A. Schmidt, que tras su muerte describiera públicamente su progresiva pérdida de audición y sus problemas de gastrointestinales para que “en la medida de lo posible, al menos el mundo se reconciliara conmigo”. Desde entonces, las causas de la muerte de Beethoven han sido un misterio, constata Agencia Efe.

Ahora, más de dos siglos después, un equipo de científicos cumplió su deseo y, tras analizar el ADN de cinco mechones de su pelo-previamente autentificados-, no encontraron explicación a su sordera ni a sus problemas gastrointestinales pero sí descubrieron que el célebre compositor tenía predisposición genética a las enfermedades hepáticas.

“Nuestro objetivo era arrojar luz sobre los problemas de salud de Beethoven, entre los que se encuentra la pérdida progresiva de audición, que comenzó a mediados o finales de sus 20 años y le llevó a la sordera funcional en 1818”, explica Johannes Krause, del Instituto Max Planck.

Además, el equipo también buscó el posible origen genético de las dolencias gatrointestinales crónicas de Beethoven y de la grave enfermedad hepática (posiblemente cirrosis) que culminó con su muerte en 1827, a los 56 años.

El ADN no halló respuesta a ninguno de estos problemas de salud pero descubrió factores genéticos de enfermedad hepática y pruebas de que había sufrido una infección por el virus de la hepatitis B en los meses previos a su muerte que se vieron agravados por alcohol y el riesgo genético del compositor

“Podemos deducir de los ‘libros de conversación’ de Beethoven, que utilizó durante la última década de su vida, que su consumo de alcohol era muy regular, aunque es difícil estimar los volúmenes consumidos”, explica Tristan Begg, autor principal del estudio e investigador en Cambridge.

Y aunque la mayoría de fuentes apuntan a que su consumo era moderado para los estándares vieneses de principios del siglo XIX, es probable que alcanzara cantidades de alcohol que hoy en día se sabe que son perjudiciales para el hígado.

Respecto a la pérdida de audición, el análisis de ADN no logró identificar una base genética clara, aunque los investigadores advierten de que el estudio no es suficiente para descartar esta hipótesis.

Los autores tampoco hallaron una explicación genética a los problemas gastrointestinales de Beethoven, pero señalan que la celiaquía y la intolerancia a la lactosa “son muy poco probables”.

“No podemos decir definitivamente qué mató a Beethoven pero ahora podemos al menos confirmar la presencia de un riesgo hereditario significativo y una infección por el virus de la hepatitis B”, conlcuye Krause.

“Teniendo en cuenta el historial médico conocido, es muy probable que se tratara de alguna combinación de estos tres factores, incluido su consumo de alcohol, actuando de forma concertada, pero futuras investigaciones tendrán que aclarar hasta qué punto estuvo implicado cada factor”, añade Begg.

La investigación fue realizada por la Universidad de Cambridge (Reino Unido), el Beethoven Center San Jose y la American Beethoven Society de California (Estados Unidos), La Universidad KU Leuven (Bélgica), la Universidad de Bonn, la Beethoven-Haus de Bonn, y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania).