Un grupo de físicos creó un agujero negro artificial y comenzó a producir radiación espontánea, como planteaba Stephen Hawking sobre la naturaleza de estos objetos.

Un estudio publicado en la revista Physical Review Research, da cuenta de un curioso experimento de laboratorio en el que un grupo de científicos de la Universidad de Amsterdam en Países Bajos logró crear un agujero negro artificial que, al igual que los reales, produjo radiación.

En busca de comprobar las teorías y aprender un poco más de estos poderosos objetos cósmicos, los físicos desarrollaron un horizonte de sucesos.

Esto último sería una especie de frontera del espacio y tiempo, que provoca que los eventos a un lado de esta frontera no puedan ser vistos ni detectados del otro lado. Como ocurre en la naturaleza de estos objetos, donde nada puede escapar de su interior.

Los científicos se aseguraron de que el horizonte pudiera interferir con la naturaleza ondulatoria de los electrones y esto produjo un aumento en la temperatura, tal como se teorizaba hasta ahora sobre agujeros negros.

Así lograron -en menor medida- un sistema de agujeros negros equivalente a uno real. Fue entonces que surgió la radiación de Hawking, que provocó el sorpresivo brillo.

¿El agujero negro artificial demostró que la “radiación de Hawking” es real?

Este concepto, teorizado y desarrollado por Stephen Hawking, corresponde a “partículas nacidas de perturbaciones en las fluctuaciones cuánticas, causadas por la ruptura del agujero negro en el espacio-tiempo”, según explica el portal Science Alert.

Lo sorprendente del experimento es que a la fecha no se ha comprobado fehacientemente que la radiación de Hawking exista en los agujeros negros. Ahora, hay un indicio más de que esta teoría sea certera.

Sin embargo, sí se comprobó que este fenómeno puede generarse en entornos que no necesariamente corresponden a la naturaleza salvaje como tal de un agujero negro. También puede crearse en laboratorios y simulaciones.

Esto permitirá a los físicos conocer un poco más sobre los agujeros, la mecánica cuántica en torno a ellos, la gravedad y las “rupturas” del espacio y tiempo.

“Esto puede abrir un lugar para explorar aspectos fundamentales de la mecánica cuántica junto con la gravedad y los espacios y tiempos curvos en varios entornos de materia condensada”, dice el paper.