Un grupo de investigadores argentinos halló los restos más australes de un dinosaurio identificado como anquilosaurio, concretamente en la formación geológica de Cerro Fortaleza, ubicada en la provincia de Santa Cruz, según un estudio publicado esta semana por la revista científica Plos One.
Estos fósiles, la mayoría de ellos dientes diminutos y osículos osteodermos, pertenecen a un ejemplar de la familia de los nodosaurios, una especie de dinosaurio acorazado que vivió en la zona hace al menos unos 80 millones de años.
“A nosotros nos llamó mucho la atención, porque en la Patagonia prácticamente no hay registros de anquilosaurios”, explicó Ariel Hernán Méndez, uno de los cinco autores responsables del hallazgo.
Esas estructuras y algunos dientes eran de anquilosaurios, esos dinos acorazados y pinchudos que parecen un tanque de guerra. Es un hallazgo importante porque prácticamente no había registro de esos animales en el país. Solo habían aparecido restos en Río Negro y en la Antártida pic.twitter.com/sLdGpS7boU
— CONICET-CENPAT (@CONICETCenpat) September 8, 2021
Cinco años de estudio
El descubrimiento de estos restos de dinosaurio se remonta a diciembre de 2016, cuando este grupo de científicos hizo una expedición por Cerro Fortaleza, un lugar situado a medio camino entre el Lago Viedma y el Lago Argentino.
Después de dos semanas sin demasiado éxito, los investigadores se toparon con un “micrositio”, un área muy pequeña, de apenas tres o cuatro metros cuadrados, donde se concentran una gran cantidad de fósiles diminutos y que actúa como una suerte de “ventana” hacia el pasado.
“El hallazgo más notorio fue un diente de anquilosaurio, y ahí sí tomó otro color la cosa, porque los anquilosaurios se conocen muy poquito en Argentina y en Suramérica, en general, y nunca se habían encontrado tan al sur en la provincia de Santa Cruz”, señaló Ariana Paulina-Carabajal, paleontóloga y coautora del estudio.
Los osículos recubrían su cuerpo
Además de ese diente, los expertos hallaron unas “estructuras muy extrañas”, de entre cinco y seis milímetros de diámetro, que tras años de investigación en el laboratorio resultaron ser “osículos osteodermos”.
“Estos osículos rellenan todos los espacios que hay entre los osteodermos más grandes, y además recubren la piel, la cabeza, el cuello, las patas y el estomago del animal. El dinosaurio en realidad estaba totalmente recubierto de estos osículos”, comentó Paulina-Carabajal.
Los restos de este nodosaurio ofrecen más detalles acerca de cómo este tipo de anquilosaurio pudo trasladarse hasta la parte más austral del continente. Los parecidos anatómicos entre los osículos osteodermos encontrados en Cerro Fortaleza y otros hallados anteriormente en algunas partes de Norteamérica sugieren que llegaron desde el hemisferio norte atravesando América Central.
Restos de otros animales aún no identificados
En esta misma zona, los investigadores también encontraron pequeños fósiles de otros animales, como cocodrilos, dinosaurios carnívoros y titanosaurios, así como el diente de otro individuo que aún no han podido identificar.
“Está bastante mal preservado, pero tiene el esmalte con una morfología y ornamentación muy extraña, que no se parece en nada a todo lo conocido. Hemos realizado y hablado con especialistas del mundo que trabajan con dientes y ninguno nos dice ‘esto se parece a esto’, realmente no sabemos qué es”, aseguró Ariel Hernán Méndez.
“Eso a nosotros nos alienta para decir bueno, hay que volver, evidentemente acá había otros participantes en este ecosistema y hay que encontrarlos”, agregó el paleontólogo.