El telescopio se encuentra en un avión adaptado para que se puedan captar imágenes mientras vuela por los aires.

El Observatorio Estratosférico para Astronomía Infrarroja, conocido por sus siglas en inglés como SOFIA, aterrizó este viernes en Santiago de Chile marcando así su primera visita a Sudamérica.

Además de estar por primera vez en esta parte del planeta, este viaje también es el primer despliegue a corto plazo que realizará dicho observatorio móvil.

El proyecto se operará desde el Aeropuerto Internacional de Santiago para realizar ocho vuelos científicos con la idea de poder captar la Nube Grande y la Nube Pequeña de Magallanes, dos galaxias que son las vecinas más cercanas de nuestra Vía Láctea.

Se espera que estas galaxias acaben fusionándose con la nuestra dentro de varios miles de años.

“La colaboración científica, especialmente en el campo de la astronomía, ha sido un pilar de la relación entre Estados Unidos y Chile que comenzó con el establecimiento del Observatorio de Cerro Santa Lucía en Santiago hace más de 170 años”, dijo Richard Glenn, Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Chile, a la nota escrita por la entidad científica.

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Un corto viaje

La estadía se considera un despliegue a corto plazo debido a que normalmente SOFIA planifica más de 20 vuelos con diferentes herramientas para estudiar el cielo.

Sin embargo, el plan en Chile es realizar sólo ocho vuelos con la ayuda de un solo instrumento: el Espectrómetro de Línea de Imagen del Campo Infrarrojo Lejano, o FIFI-LS, con el que observará varios objetivos celestes críticos del hemisferio sur.

Se espera que por la cercanía de la Nube Grande de Magallanes SOFIA pueda captar imágenes a gran detalle de las galaxias vecinas.

A través de Twitter, aseguraron que el observatorio estará en territorio nacional por dos semanas “para observar los cielos del sur”. Anteriormente SOFIA recorrió 25 viajes por Europa para captar diferentes registros del cosmos.

El observatorio se encuentra en el interior de un avión Boeing 747 adaptado por la NASA y el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), para que así pueda realizar estudios del universo mientras realiza vuelos alrededor del globo.

En sí, la nave cuenta con un telescopio infrarrojo que se utiliza en el aire, a su vez que los científicos viajan a bordo del avión para poder seguir investigando y vislumbrando las imágenes captadas.