Lo que hasta ahora se consideraba un desecho se convirtió en una fuente natural para obtener un biopolímero con múltiples aplicaciones en la industria farmacológica y de alimentos.

El camarón de vega es uno de los alimentos más conocidos entre los habitantes de la zona centro-sur del país. Estos crustáceos son comercializados tradicionalmente por pequeñas comunidades rurales, quienes desde hace décadas los integraron a la dieta y gastronomía chilena.

Este diminuto animal es un crustáceo endémico del centro-sur de Chile que se encuentra continuamente, entre el río Aconcagua en la región de Valparaíso y la ciudad de Nehuentué en la región de La Araucanía.

Este recurso natural es muy valioso para pequeñas comunidades del sur de Chile, principalmente en La Araucanía, donde es explotado de manera sostenible para su consumo y comercialización.

En este contexto, durante el procesamiento y consumo del camarón de vega se descarta el exoesqueleto, la piel y las vísceras. La valorización de los subproductos agroalimentarios ha recibido mucha atención, no solo por el cuidado del medio ambiente, sino también, por el potencial económico que significa valorizar estos subproductos.

Es así como científicos del Centro de Genómica Nutricional Agroacuícola (CGNA) investigaron la síntesis de un ingrediente funcional a partir del exoesqueleto.

Se trata de la quitina, uno de los polímeros de origen natural más abundante a nivel mundial y que se utiliza principalmente para producir quitosano, biopolímero altamente valorado por la industria farmacéutica y alimentaria. De este modo, el conocimiento generado por el CGNA ha permitido valorizar un material de descarte en un ingrediente de alta sofisticación y valor.

Un biopolímero es un compuesto químico o macromolécula que puede ser obtenido o sintetizado a partir de microrganismos, plantas, animales marinos, entre otros. Dentro de sus aplicaciones incluyen su utilización como aditivos alimentarios (emulsionantes y/o estabilizantes), diseño de envases biodegradables con un bajo impacto medioambiental, o también en la industria farmacéutica como material para encapsular y liberar principios activos.

La mirada de los expertos

En el estudio liderado por el Dr. César Burgos, investigador del CGNA, se evaluaron los parámetros óptimos para la síntesis del quitosano. Además, se caracterizó su estructura química, peso molecular, pureza, propiedades fisicoquímicas (solubilidad y viscosidad) y propiedades biológicas, entre otros parámetros.

Asimismo, el equipo de investigación también estudió la actividad antimicrobiana y antioxidante de este nuevo ingrediente.

El Dr. Burgos valoró este estudio como “un importante aporte al conocimiento científico, el cual es de interés, no solo en el área de investigación sino por sus aplicaciones en diferentes aplicaciones industriales”.

Asimismo, se demostró que el exoesqueleto del camarón de vega puede ser una excelente fuente natural para la producción de quitosano con posibles aplicaciones farmacéuticas o para prevenir infecciones asociadas con bacterias patógenas.

En este sentido, “el conocimiento generado permite que, en el futuro comunidades que tenían una fuente de ingreso por el camarón de vega, puedan explorar mercados de mayor sofisticación y valor agregado e incorporarse al mercado. Para ello, la participación del sector privado es fundamental”, agregó el Dr Haroldo Salvo-Garrido , director científico del CGNA.