Al Teatro Ictus le gusta decir que este montaje fue estrenado un par de meses antes del “paro de los pingüinos” que, en 2005, dio inicio a las movilizaciones estudiantiles por la educación pública.

Demostraba que el teatro es capaz de percibir los cambios que experimenta la sociedad y entregar una inmediata opinión crítica desde el escenario.

Algo que la compañía buscó desde 1955, luego que un grupo de estudiantes del Teatro de Ensayo de la UC abandonara el plantel tras sus propios objetivos artísticos.

Y que traspasó a través de un sistema de creación y dirección colectiva, y un estilo de actuación y puesta en escena muy asociados a la vida cotidiana, que se ha mantenido y profundizado hasta ahora.

Estudiantes y profesores

En Okupación, que dirige Edgardo Bruna, en reemplazo de Nissim Sharim, maestros y alumnos se toman el liceo como último recurso para que no sea privatizado y por condiciones dignas de trabajo y estudio.

Bloquean la entrada con sillas y exhiben un lienzo con una demanda que relaciona cultura y educación. Esos pocos objetos, más una mesa, son la única utilería de la obra.

Todo lo demás corre por cuenta del desempeño actoral, un desafío al que José Secall, María Elena Duvauchelle, Otilio Castro, Paula Sharim y Edgardo Bruna responden muy bien.

En Okupación se mira la educación y la cultura desde el punto de vista de los profesores de la enseñanza pública, que se sabe, trabajan en condiciones bien desmejoradas.

A eso se agrega la valoración que se hace de la lucha junto a los estudiantes, sin dejar de incluir el cara a cara entre movilizados y quienes se oponen a la toma, recurso que permite subrayar los temas del poder y la sumisión.

Pero siempre con el humor a flor de piel, no con chistes sueltos ni guiños a la galería, sino con esa comicidad que resulta de las situaciones contradictorias, locas o absurdas propias de la buena (y escasa) comedia.

De este modo, se desarrolla un diálogo que transporta contenidos que asoman en una dimensión actual y a escala humana, que hacen resaltar el compromiso social de la propuesta, en escenas jocosas e irónicas que se suceden con emotividad, agilidad y credibilidad.

Percepción que se tiene, incluso, en ciertos paréntesis del relato que relacionan el valor de la inteligencia, el estudio y la experiencia humana con la educación y la cultura, al aludir a Galileo Galilei y a otros destacados personajes universales, y cuando entablan diálogo con el público.

Sin embargo, quizás lo que mejor traspasa la obra, además del humor y la desenvoltura de su elenco, es la solidaridad entre sus personajes y, especialmente, la ternura para relacionarse con los estudiantes y los objetivos por los que todos luchan.

Sala La Comedia. Merced 349. Fonos: 2 2639 1523 – 2 2639 2101. Jueves y viernes 20.30; sábado 20.00 horas. Jueves $ 5.500 general, $ 4.500 tercera edad y estudiantes; viernes $ 7.500 general; sábado $ 10.500 general, $ 7.500 estudiantes y tercera