A horas del fallecimiento de Alberto Cortez, entre sus seguidores chilenos comienzan a surgir los primeros recuerdos del cantautor argentino, quien durante las décadas del setenta y ochenta ganó importante reconocimiento en la radiofonía local.

Una de sus visitas más recordadas tuvo lugar en la Quinta Vergara, en el Festival de Viña del Mar de 1979, cuando en plena dictadura militar realizó sobre el escenario un acto de desagravio a las autoridades presentes.

Allí, con Augusto Pinochet en Platea y a días de la conmemoración número 12 de la muerte de la folclorista chilena Violeta Parra, Cortez quiso rendir un homenaje a su figura interpretando con un charango (tal como ella lo hacía) la canción más universal de su catálogo: Gracias a al vida.

En diálogo con el diario El Mercurio de Valparaíso, el trasandino recordó el hecho. “Fue una noche muy especial… Había una fila donde estaba el Jefe de Estado con todo su séquito, quienes se levantaron y se fueron cuando yo comencé a hablar de Violeta y tuvieron que salir del recinto mientras la tribuna los pifiaba”, acotó.

El tenso momento se quedó en la memoria de la voz de Callejero, quien 29 años después lo recordó así: “Canté ‘Gracias a la vida’, acompañado de un charango como lo ella lo hacía, y pensé que eso me iba a traer consecuencias graves por la situación política que vivía Chile, como que no me iban a dejar salir del país, pero por fortuna no pasó nada y sólo fue una rabieta del ex presidente Pinochet”.

Esta no era la primera vez que Cortez desafiaba al poder: antes, fue el mismo Francisco Franco quien fue objeto de su emplazamiento.

“Años atrás me había pasado algo similar en el gobierno de Franco, cuando en una presentación de Madrid interpreté un poema de Pablo Neruda y, en esos años, Neruda era una mala palabra”, comentó.