Carlos Smiths escribe con calma. Empeño no fácil cuando la temática es erótica. Aunque hay posibilidades de feliz clímax semántico si el verso por el Eros surge sin Thanatos.

Por Marcel Socías Montofré.

Con más guitarra, mirada al puerto de Valparaíso, sudor de esas calles que se desnudan como venas tibias por los cerros y esa sangre, pasión y sincera pulsión por la vida. Precisamente, “Eros y Erótica”, de Carlos Smiths (Valparaluz Editores, 2020).

Primero la aclaración respectiva. El libro está dedicado a Lexia. Sin dudas. El propio Smiths avisa desde un principio. Luego da rienda suelta a la palabra. Como escalera del Cerro Los Placeres hasta el Barón. Subiendo y bajando. Pero no como simple precaución de la sintaxis ni tampoco de la topografía del cuerpo humano.

No sólo por eso.

Más bien es el ritmo. Cierta musicalidad en los versos de Smiths:

“Llueve y de tanto llover sigue lloviendo,
la lluvia se encarama a tu figura”
(poema Profecía, página 11).

¿No siente usted que es como acariciar una guitarra? Por ejemplo cuando se afina la guitarra. Con cariño. Inclinando la cabeza. Suave. Escuchándola. Como en el poema “Somos” de Smiths (página 13):

“Sucede que en este instante
somos dos;
con lentitud, nos iremos transformando
en uno”.

Interesante, ¿no?

Eso es lo hermoso de la poesía erótica. Tiene una inefable mala fama por el adjetivo. Es hermosa en realidad. Gonzalo Rojas, el gran Gonzalo Rojas, siempre lo supo: “Las Hermosas” (Santiago de Chile: Editorial Los Andes. 1991).

Incluso en las nuevas generaciones también destaca un Jaime Arenas Saavedra. Interesante y recomendable mezcla de psiquiatra, escritor y cultor de la poesía erótica (“Entre poemas y sábanas”, “Dos al Hilo”, “Hablemos de ello”).

En el caso de Smith destaca la espléndida simpleza de su propuesta. Menos engolosinamiento con las palabras. Más cercano a un Erik Satie si de música ad hoc se trata. Como también la Francia. París y esa capital eróticamente hermosa.

Como en el poema “Dígame” de Carlos Smiths (página 22):

“…para ratificar que la ingenuidad
no era mar para estos temporales”.

Así trascurre a gusto el nuevo libro de Carlos Smiths. Como recorriendo los cerros de Valparaíso. A la hora que sea. Con precaución, pero también eróticamente por el poema y “Camino principal” (página 81):

“No era un asunto de vida o muerte, sino de muerte que podía transformarse en vida…”.

¿Le gustaría saber cómo termina?

Píenselo bien. Recuerde que el libro se llama “Eros y Erótica”. Usted asume la responsabilidad y Valparaluz Editores la publicación ahora en noviembre. Año 2020.

Eros y Erótica, Valparaluz ediciones (c)

“Eros y Erótica”
Carlos Smiths

Valparaluz Editores.
2020