La última novela de Marcela Serrano es ideal para sus seguidoras(es), que aman y buscan adentrarse en mundos femeninos de mujeres de clase media alta o alta, cultas y sensibles, que cuestionan sus entornos. Mujeres de familias de derecha pero donde ellas son de izquierda o, al menos, “progresistas” o liberales.

La novedad de La Novena es que el “protagonista”, quien relata, es un estudiante relegado a un valle perdido de la Región Metropolitana en los 80, en plena dictadura.

A pesar del “protagonismo” de un hombre (un joven estudiante de sociología, militante de un partido de extrema izquierda con una sensibilidad muy desarrollada y bastante “femenina”), el foco de la novela es Amelia, la dueña de gran parte de los terrenos del valle, heredera por tres generaciones por vía materna de esas tierras. En resumen, nada muy nuevo en la producción de Marcela Serrano.

“Cuando lo odiaba, lo odiaba como solo puede odiar una mujer a un hombre: con siglos de rabia acumulada. En momentos malos no me costaba nada responsabilizarlo por todas las acciones –grandes y pequeñas- que han dañado y acumulado pozos de dolor en las mujeres.” (pp 79)

Tal vez el punto débil de La Novena son una especie de obligación –porque no resultan en un relato fluido- en incluir descripciones “sensibles”, “poéticas”, y el exceso de frases atractivas pero que resultan un tanto forzadas, totalizadoras, contrarias incluso al mismo espíritu que se quiere dar a la protagonista, su prima y sus antecesoras

La Novena es un libro ameno, que se adentra (aunque sin profundizar) en forma sensible en el mundo de Amelia desde la mirada de un joven estudiante relegado en los 80, bien escrito, con descripciones hermosas de los entornos y sus detalles.

La Novena
Marcela Serrano
Alfaguara
Santiago, Chile, octubre de 2016