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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El director Alexis Moreno presenta una nueva versión de la obra "Acreedores" de August Strindberg, donde aborda conflictos de pareja y deudas emocionales. Los actores Mario Horton, Paloma Moreno y Francisco Reyes dan vida a personajes atrapados en acusaciones mutuas y culpas. Moreno destaca la importancia del trabajo actoral y la proyección del texto en el cuerpo de los actores. La puesta en escena busca generar una experiencia emotiva y profunda, explorando los límites de las relaciones humanas.

La obra del dramaturgo sueco August Strindberg se está presentando en el Teatro Nacional Chileno y, en octubre, también llegará al Teatro Municipal de Viña del Mar.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

Sobre el escenario se desarrolla un conflicto cotidiano que involucra a una pareja y a un tercer hombre. Cotidiano, pero que se expresa a través de un lenguaje elevado, claro y potente que penetra en áreas esenciales y profundas del ser humano común.

Es la tercera vez que el director Alexis Moreno dialoga con obras del dramaturgo sueco August Strindberg (1849-1912). Esta vez, en la reversión de Acreedores (1888), actualiza algunos soportes de la obra original. Esos que hacen que un clásico del teatro universal tenga plena vigencia casi 130 años después de su estreno.

Y si hay acreedores, también hay deudores. En esto se convierte la pareja que forman Adolfo, un artista (Mario Horton), y la novelista Tekla (Paloma Moreno). Aunque están de vacaciones, discutieron a muerte: ella se va por unos días; él, cae en fuerte depresión.

Lo mismo pasa con Gustavo (Francisco Reyes), profesor y ex marido de Tekla. Ahora quiere convencer a Adolfo para que enfrente a su mujer y “a la oscuridad que la rodea”: ella sería la causante de todos sus fracasos. Entonces, el juego de acusarse y culparse mutuamente se hace total, y cada uno actúa y exige al otro -a los otros- como si fueran implacables agentes de cobranzas.

Se cobran los costos de las inversiones de sentimientos que terminan en fracasos emotivos, morales y sicológicos, sufridos durante y luego de una vida en común. Daños irreparables y responsabilidades que el director desplaza en esta versión de sus puntos originales de apoyo.

Alrededor de 20 obras propias y algunas de autores ha dirigido Alexis Moreno (“Pelícano”, “La Tercera Obra”, “Los Millonarios”). Actor, académico, guionista, dramaturgo y director teatral, cofundador de la Compañía La María, obtuvo el Premio del Consejo del Libro de Chile a la Mejor Obra Literaria 2009 por “Las Huachas”.

Ver, escuchar y sentir

Las voces actorales se escuchan y se sienten muy bien desde el escenario. ¿Se trabajaron de manera especial?

“Sí, claro. La idea era hacer resonar las palabras de Strindberg en los cuerpos de los actores, en una obra donde el texto es casi el 80% de la puesta en escena. Concentramos mucho trabajo en el actuar y en el ritmo, que la proyección estuviera en el cuerpo del actor. Era fundamental que el público escuchara y sintiera el texto”.

Tienes alrededor de 20 obras con la Compañía La María ¿en qué ha cambiado tu trabajo como director?

“No se trata que uno vaya cambiando. Cada obra tiene su propia forma de crearse. Depende del texto para ir probando una u otra opción. Ahora, claro, junto con la Cía. La María y en otras obras, mi trabajo está ligado al lenguaje y al ritmo, y cómo dialogan con otros elementos de la creación escénica, en especial con la música.

“Esta versión de Acreedores es el tercer texto de Strindberg que he montado. Es mi dramaturgo favorito. En cuanto a investigación escénica, me interesa llegar con los actores a las temperaturas y profundidades emotivas que presenta este dramaturgo. Y para eso, acentúo desde la dirección el trabajo rítmico”.

Cuerpos, palabras y equilibrio

El trabajo corporal expresivo me pareció preciso: el cuerpo se activa en equilibrio con la palabra…

“Ese fue el desafío de la dirección hacia los actores: cómo convertirnos en un cuerpo escénico, narrativo, que siempre estuviera dialogando entre cuerpo y voz. Entonces, todas las acciones son súper precisas y no provienen necesariamente del realismo.

“Las acciones físicas que realizan los tres actores en escena -que tienen que someterse a un destino siniestro, perverso y deslumbrante- generan esa temperatura para que el cuerpo aguante toda esta tormenta emotiva que se dispara.

“Son tres escenas bien radicales de una relación de pareja, donde se dicen absolutamente todo con un lenguaje elevado. Entonces, claro, necesitábamos que estos cuerpos casi no fueran seres humanos, sino fuerzas emotivas que defienden sus discursos”.

Esta versión se inscribe en el realismo contemporáneo… Años antes casi todos los directores demonizaron el teatro realista…

“Es que es un proceso cíclico. Tengo la sensación que ya hace un par de años el realismo está volviendo a formar parte del interés del creador teatral chileno. Supongo que tiene que ver con los síntomas del mundo, con los intereses actuales, las distintas formaciones, los cambios de discurso… Quizá la necesidad de mostrar algo cada vez más concreto y poder reflexionar sobre esta realidad que cada vez es más concreta”.

Y no se pierde lo poético…

“Claro. A mí me interesa que ese realismo esté un poquito desplazado de lo cotidiano, que genere un poco de extrañeza. Esta versión de Acreedores no trata temas de manera cotidiana, porque es parte del sudor, de la fuerza y de la rabia”.

Personas, personajes y acentos

Al inicio aparece Adolfo recostado en el suelo: su tensión corporal indica que descansa…

“Sí. Hace unos días tuvo una serie de ataques que lo tienen destruido”.

La Tekla de Paloma Moreno, de gran presencia escénica, aparece como corresponsable, no culpable del conflicto de la pareja…

“Sí. Al reversionar Acreedores, la idea fue entregarle al personaje femenino la fuerza necesaria para que la obra sea también más objetiva y no culpar simplemente a alguien. Quisimos expresar los pliegues de su discurso y entregarle a la mujer una voz que tiene que ver con el sentido común.

“Y que también exprese la claridad de decirle al otro que, a veces, no existe un culpable, sino que las relaciones se mueren. Ella pone el punto de realidad más fuerte y, con lo maravillosa que es, defiende el lugar de lo femenino, algo que se destaca en cada una de sus escenas”.

¿El texto es totalmente original?

“Tiene tres acentos como reversión de la obra de Strindberg: Desplacé la culpa desde lo femenino, hacia la relación de pareja, porque la responsabilidad es compartida en un matrimonio; propongo a la protagonista como una mujer muy segura y empoderada; y asumo como un problema de salud mental la enfermedad de uno de los personajes.

“En esto me basé para la reescritura de la obra. En ese tiempo se pensaba que la epilepsia era una enfermedad mortal. Ya sabemos que no. Entonces, ese tipo de cosas las actualicé, profundizando más la raíz real de la enfermedad de Adolfo, que es la depresión, un problema de salud mental de estos tiempos”.

Acreedores

Dirección: Alexis Moreno
Elenco: Paloma Moreno, Mario Horton, Francisco Reyes

Diseño escenografía y vestuario: Andrea Contreras
Diseño iluminación y jefatura técnica: Francisco Herrera
Fotografía: Daniel Corvillón
Realización escenográfica: Francisco Sandoval Realización vestuario: José Vergara
Asistencia producción: Paula Galleguillos
Agradecimiento: Palacio Pereira
Patrocinio: Embajada de Suecia,
Apoyos: MinCap y BancoEstado
Coproducción: Fundación Teatro a Mil
Producción general: Alessandra Massardo

Teatro Nacional Chileno
Sala Antonio Varas
Morandé 25. Santiago.
Miércoles a sábado, 19.30 horas.
Entrada general, $ 12.000.
75 minutos.
+ 14.
Hasta 6 septiembre 2025.

Teatro Municipal de Viña del Mar (frente Plaza Vergara).
Sábado 11 octubre, 20.00 horas.
Entrada general, $ 8.000 a $ 24.000.
75 minutos.
+ 14.
Función única.