En la región de Valparaíso, cerca de San Esteban, Provincia de Los Andes, se encuentra este lugar que se interna en la precordillera y la cordillera de Los Andes. Ahí se pueden hacer caminatas para ver petroglifos de distintas épocas y una naturaleza preservada de la explotación y de la ganadería. Una maravilla.

Ruta donde se encuentran los petroglifos
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Vegetación

Es habitual ver cajones y laderas en la precordillera secos, con poca vegetación. Claro, la sequía y el cambio climático. Y es cierto. Pero también es la acción directa de los seres humanos que explotan la vegetación, hacen carbón con los espinos e introducen vacunos, ovejas y cabras. Sin embargo, existe un lugar, en San Esteban, un lugar donde se ha protegido y preservado.

Realizar las caminatas –que van desde unas horas hasta 4 días- que ofrece “Por la Ruta de los Dioses” es ser partícipes de experiencias profundas. Experiencias que nos llevan a trasladarnos a otras épocas, otros tiempos. A habitar –durante un tiempo acotado- a otro ritmo.

Por un lado, es posible ver, internarse, en una vegetación que parece conocida para muchos. Es la vegetación propia del matorral esclerófilo de la precordillera de la zona central del país. Pero aquí se la puede apreciar en todo su esplendor. Desde allí se puede llegar hasta los ecosistemas altoandinos, con especies vegetales pocas veces conocidas y admiradas.

El asiento de la suegra
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Cactus de distintas especies –incluido “el asiento de la suegra”-, espinos, maitenes, maqui y un largo etcétera que incluye un pequeño bosque de canelos.

Lo anterior es posible porque se trata de una vegetación prácticamente no intervenida, que hace muchos años se ha protegido. No en vano, se ha prohibido en el lugar el pastoreo de ovejas y cabras. Y los vacunos se han reducido de unos 400 a 30 – en cientos y miles de hectáreas- por temporada.

Por otro lado, el lugar tiene tres canales de riego prehispánicos, que aún siguen funcionando y son posibles de apreciar. Esos canales tienen un efecto visible en la vegetación del lugar.

En la Ruta de los Dioses
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Cultura

Este cajón que se interna en la cordillera fue una ruta ampliamente usada por pueblos indígenas durante cientos o miles de años. En el sector se han identificado 12 sitios arqueológicos. En los más ricos es posible apreciar petroglifos de distintas épocas superpuestos.

Las funciones de estos petroglifos eran diversas, no siempre claras, ya que no se sabe qué significan todos ellos. Algunos servían para indicar lugares para pernoctar o establecer campamentos, por ejemplo.

Resulta emocionante ver en ellos distintas formas de resolver la figura humana y camélidos, o símbolos. O quedar maravillados y con la curiosidad despierta frente a figuras que no sabemos qué son. ¿Seres con muchas piernas? ¿Con dos cabezas?

Petroglifos
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Internarse por esos caminos es retornar a tiempos pasados, es pisar donde miles de personas pasaron durante miles de años. Es ver y sentir donde dormían. Acercarse, con el ritmo y los tiempos que impone una caminata, a lo que fueron otras culturas que vivieron ahí. Aquí.

Este cajón, estos senderos, que usó Manuel Rodríguez y su caballería previo a nuestra Independencia, siguieron siendo utilizados hasta hace muy poco por arrieros y contrabandistas.

El lugar, una propiedad privada de miles de hectáreas, ha sido preservada por razones ecológicas y culturales (no es casualidad que esté tan limpio, tan poco intervenido). Por ello, el acceso es restringido.

Petroglifos
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Turismo

“Por la Ruta de los Dioses” ofrece excursiones guiadas a este cajón que se interna en la precordillera y cordillera de la comuna de San Esteban, Provincia de Los Andes (Región de Valparaíso). Son programas variados, tanto en destinos, duración y grados de dificultad, que van desde unas horas hasta cuatro días, con acampada en la cordillera.

Esa variedad está dada por los doce sitios arqueológicos –desde unos pequeños y simples a otros más ricos y complejos-, aleros rocosos, zonas de campamento, los canales de regadío incaicos, pucará, la existencia de las Lagunas del toro y el cerro Mocoen, entre otros.

Una de las más simples y accesible desde los 12 años de edad, es la visita a dos de los principales sitios arqueológicos del lugar. En ellos se pueden ver petroglifos (dibujos grabados en piedra de hasta mil años de antigüedad), aleros rocosos y zonas de campamento.

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Para quienes gustan llegar a la cima, en un día se puede hacer el cerro Mocoen por su cara norte. Este cerro de 2.670 mts permite tener una vista panorámica de todo el valle, incluido el Aconcagua y la cordillera de la costa. Su nombre, en quechua, significa “cima redonda por donde escurren las aguas”, o bien “ser redondo” gracias a la forma redondeada de su cima. Es una oportunidad ideal para iniciarse en ascenso de cerros, ya que su dificultad es moderada.

Entre las alternativas, la más exigente es la que lleva a las Lagunas del Toro, ubicadas a 3.600 metros sobre el nivel del mar. Esta excursión dura 4 días ida y vuelta, con un trayecto de 40 kms aprox. Es una ruta de fácil acceso, con un ascenso suave y sostenido que permite habituar paulatinamente al cuerpo a una mayor altura. Es un senderismo con porteadores, es decir arrieros y mulas que transportan el equipaje.

Más información y de fotografías en Instagram y Facebook de @porlarutadelosdioses_turismo y en el portal web -pronto a ser renovado- www.porlarutadelosdioses.cl

Para realizar los programas o acceder en forma auto-guiada, tanto por el día como a acampar cumpliendo con la normativa de acceso y estadía, se debe hacer reserva previa al número de contacto +569 50018669