Casi dos meses lleva radicada en Madrid Mariana di Girolamo, actriz chilena que desde Europa ha visto el exitoso recorrido internacional de su último filme: “La Verónica”, donde encarna a una controvertida influencer que también es la esposa de un futbolista de elite.

Se trata de una película donde en 100 minutos la cámara se centra casi exclusivamente en ella, en un rol que le valió el premio a Mejor Actriz en el Festival de Cine de Mujeres de Aswan, en Egipto, y que fue parte de la selección oficial del prestigioso Festival de San Sebastián 2020.

“Le tengo mucho cariño a la Verónica, le tengo mucho respeto, y estoy muy agradecida por la experiencia porque fue muy desafiante e inédito. La película está filmada en un primer plano casi todo el tiempo, en un plano medio, con cámara fija, y está compuesta por más de 50 escenas que son como pequeños tracks, entonces a nivel de intérprete, nunca había abordado un proyecto así y se agradece el aprendizaje”, cuenta a BioBioChile desde la capital ibérica.

El filme (que tendrá un preestreno desde hoy al domingo a través de la plataforma AltoParlante) fue dirigido por el puntarenense Leonardo Medel y también cuenta con las actuaciones de Ariel Mateluna, Antonia Giesen, Patricia Rivadeneira y Willi Semler, entre otros.

“Me parece fascinante ella. Profunda, completamente loca, en realidad. Desquiciada, ambiciosa, muy inteligente, segura y a la vez no. Me identifico con ella en ciertos lugares, como una persona pública que se relaciona con las redes sociales, con la gente de manera virtual y está expuesta a eso. Yo muchas veces me debato entre lo público y lo privado, entre lo que muestro y lo que no, en cómo me mantengo auténtica y digo lo que quiero decir”, confiesa.

Para di Girolamo, sin duda, se trata de uno de los tres personajes más importantes de su carrera: “La María Elsa, de Perdona Nuestros Pecados, me significó mucho. Por supuesto que Ema, también. Y La Verónica la dejo ahí en ese grupo”.

El cine de Bergman, el retrato cinematográfico de Juana de Arco y los “lives” de redes sociales fueron algunas de las referencias de la intérprete, pero también el mundo virtual de las influencers.

“La Verónica”

A pesar que en un comienzo se habló de Coté López como una fuente de inspiración para Verónica, Mariana es enfática en aclarar que no fue el motor de la película, ni mucho menos la inspiración de sus acontecimientos.

“Revisamos a distintas influencers y mujeres que son pareja de futbolistas. No me basé en alguien en particular… Fue súper jugoso para la prensa (que se dijera que la película estaba basada en ella, pero eso no es la verdad). Cote López va a ver la película y espero que entienda que no está basada en ella”, cuenta.

Allí, en la trama, Verónica vive obsesionada con las apariencias, con las redes sociales, la escasa atención de su esposo y la existencia molesta de una bebé recién nacida.

“La Verónica”

“En un momento me apaniqué, tuve miedo, dije: no quiero pasarla a llevar. Esta película no está basada en ella (en Coté), es un referente que aparece, pero no quería que cayera en ese lugar del estereotipo porque no es así. Sé que ella respondió como en tono de talla, pero creo que por fin se entendió y la película ya salió de ese lugar”, agrega.

En su paso por los festivales, el filme ha sido catalogado como “experimental” por sus características técnicas y cinematográficas y por su ácida mirada al mundo posmoderno.

¿Cuál es tu relación con los likes, las redes sociales, y el mundo que envuelve a “La Verónica”?
(R): Mi relación ha ido mutando con los años. Empecé a tener redes sociales -Instagram porque Twitter tuve y lo encontré terrible- cuando empecé a hacer TV y a darme cuenta que podía beneficiarme, tener una plataforma pública y trabajar con marcas. Al principio, súper golosa, diciendo que sí a todo; después entendí que eso me estaba generando mucha ansiedad. Llegué a cierta cantidad de seguidores, los que tengo ahora, y a veces lo que me ha servido es perder consciencia de ellos, porque no se puede agradar a todo el mundo.

“Yo no trabajo muy bien con la frustración, es algo que no se me da muy bien desde hace años, y quiero mostrarme como la persona que soy. Me enfrento a los comentarios de la gente todo el tiempo, a veces negativos, e intento que me resbalen, repetirme de que es gente que no me conoce pero me tiendo a quedar siempre con lo malo; me cuesta ver lo bueno. La mayoría de las veces recibo pura buena onda, pero a veces veo comentarios violentos y tiendo a quedarme en ese lugar. Entiendo los beneficios que trae el Instagram, para difundir mi trabajo, pero también estoy debatiéndome, a lo Verónica, todo el tiempo. Ahora opté por no leer los comentarios y me ha hecho súper bien.

Hiciste una denuncia pública una vez, de una mujer que te acosaba…

(R): Una vez dije algo en pro de la comunidad, o algo como más sociopolítico, y empezó a tildarme de cuica, pero todas las cosas que te dijera serían poco. Le dije, señora, por favor pare, porque era muy ofensivo, y siguió. Saqué pantallazos, los subí a Instagram, pero duró muy poco. Después me apaniqué porque me dije ‘no sé a qué mujer me estoy enfrentando’. Y después un medio subió la noticia y todos los comentarios que aparecían eran negativos hacia mí. Así que opté por dejar de leer los comentarios (en redes sociales).

¿Cómo ves desde España el proceso político del país?

(R): Estamos viviendo un cambio de paradigma, me siento súper afortunada de haber crecido en esta época, de haber sigo testigo. Ahora no estoy en Chile, lamentablemente no pude votar en las primarias, pero alcanzo a votar en las presidenciales… Estamos viviendo una revolución, y se viene un cambio de paradigma y tiene que ser para mejor; es que tiene que ser para mejor. Chile tira y estoy todo el rato pendiente (a las noticias) y ya con ganas de volver (ríe). Fue bonito lo que vivimos (en octubre de 2019), fue importante. Ojalá podamos volver a la calle pronto.