La cineasta francesa Julia Ducournau se convirtió el sábado recién pasado en la segunda mujer en ganar la Palma de Oro del Festival de Cannes gracias a su película “Titanio”, una de las más “violentas” y transgresoras de la competencia de este año.

El hito tiene lugar 28 años después del triunfo de la neozelandesa Jane Campion por “El piano”, que en 1991 obtuvo el galardón tras un empate con “Adiós a mi concubina”, del chino Chen Kaige.

La directora, a su vez, se convirtió en la triunfadora más joven de los 24 directores en carrera este año. “Gracias al jurado por llamar a una mayor diversidad en nuestras experiencias en el cine y en nuestras vidas. Gracias al jurado por dejar entrar a los monstruos”, dijo entre lágrimas.

Junto a Lee, en el jurado de mayoría femenina figuraron entre otros el director brasileño Kleber Mendonça (“Bacurau”) y la actriz estadounidense Maggie Gyllenhaal (“The Dark Knight”).

“Creo de verdad que mi película no ha sido juzgada por mi género… Mi intención es que la gente entienda que la cuestión del género es irrelevante. La identidad es totalmente algo que cada uno construye… Espero que el premio nada tenga que ver con que sea mujer”, aseguró en dialogo con medios internacionales.

Radical y excéntrica, la película “Titanio” arranca con un accidente de coche en el que una niña, Alexia, resulta herida de gravedad y los médicos tienen que ponerle una placa de titanio en el cráneo.

Años más tarde, la joven, interpretada por la enigmática Agathe Rousselle, siente una atracción sexual por los automóviles y se vuelve una asesina. Como arma, emplea un punzón de madera que recuerda al picahielos de la asesina interpretada por Sharon Stone en “Instinto básico”, de Paul Verhoeven.

“Uno de mis objetivos fue traer el cine de género o las películas ‘ovnis’ a los festivales generales para dejar de marginar una parte de la producción francesa”, había dicho la directora días atrás. “El género también permite hablar del individuo y muy profundamente de nuestros miedos y deseos”, agregó.

Ducournau ya había sacudido Cannes en 2016 con “Crudo”, su ópera prima sobre una estudiante de veterinaria que se convertía en caníbal.

Este año, sin embargo, la francesa se impuso a grandes figuras del séptimo arte, como Wes Anderson, Asghar Farhadi, Paul Verhoeven y Nanni Moretti y desbancó a la gran favorita de la crítica, la japonesa “Drive my car”, que se conformó con el premio al mejor guion.

“Titanio” sucede así a “Parásitos”, el thriller tragicómico del surcoreano Bong Joon-ho que arrasó en 2020 en los Óscar.

El Gran Premio, el segundo más importante de Cannes, se lo llevó “Un héroe” del oscarizado director iraní Asghar Farhadi, una historia sobre la perversidad de las redes sociales que se impuso mediante un empate con “Compartment nº 6”, del finlandés Juho Kuosmanen.

El filme contemplativo “Memoria”, del tailandés Apichatpong Weerasethakul, rodado en Colombia en español e inglés, se llevó por su parte el premio del Jurado, al igual que “La rodilla de Ahed”, del israelí Nadav Lapid.