Val Kilmer fue la estrella de la década de los 80 y 90 en Hollywood, sus papeles eran codiciados por sus pares y su talento se demostraba en la taquilla de la época, donde siempre estaba en la primera línea.

Interpretó con gracia y desplante a Jim Morrison en The Doors, cautivó a una generación de jovencitas como “Iceman” en Top Gun e interpretó a Batman, cuando Michael Keaton no quiso volver al papel del superhéroe, alcanzando la cima con contratos millonarios y una fama planetaria.

Aunque con el paso de los años, la estrella de Val Kilmer se comenzó a apagar y, a diferencia de sus colegas como Tom Cruise o Robert Downey Jr., no logró mantenerse en la industria siendo delegado a papeles secundarios, aunque siempre fueron papeles alabados.

Desde los 2000 no es parte de la taquilla y aunque participó esporádicamente en algunas producciones, el declive de su carrera fue notorio, aunque ahora vuelve a la pantalla para narrar su propia historia, a través de un documental que el prestigioso The New York Post calificó como “único en su clase”.

Val Kilmer, el chico de Juilliard

A sus 61 años, poco queda del entusiasta adolescente que cruzó todo Estados Unidos para salir de su natal Los Ángeles e instalarse en la prestigiosa escuela Juilliard, donde entró presentando una obra de teatro escrita por él mismo, el día después de que su hermano se ahogara en medio de un ataque epiléptico.

“Para mi audición no encontré nada contemporáneo que no hubieran visto cientos de veces antes. No sabía lo que estaba haciendo, pero funcionó”, declaraba cuando recordaba su paso por el proceso de admisión el conservatorio más exclusivo del mundo, destacaba Infobae.

Coincidió en clases con actrices como Kelly McGillis, su compañera de elenco en Top Gun, o Mare Winningham, y demostró su pasión por el teatro en obras como “Slab Boys”, donde compartió tablas en Broadway con Kevin Bacon y Sean Penn, consignó La Vanguardia.

Sin embargo, las cámaras fueron más atractivas para él, quizás por eso pasó gran parte de su vida con una en la mano. El actor conoció el cine y ahí encontró su nicho, ese del que no se despegaría hasta que la misma industria lo sacara.

Debutó con un protagónico, Nick Rivers en la comedia “Top Secrets!” en 1984, aunque pasarían un par de años para que llegara su real ascenso a la fama mundial. En el intertanto se fue a recorrer Europa como un mochilero más, mientras escribía poemas para una cercana amiga, Michelle Pfeiffer.

Se dio el lujo de rechazar a Francis Ford Coppola, por no dejar a su grupo de teatro que sin él quedarían sin trabajo, pero volvió al rodaje cuando el director Tony Scott lo convenció de que interpretara a Iceman, el rival de Maverick (Tom Cruise) en la exitosa “Top Gun”, la película que lo catapultó a la fama.

A partir de ese momento se transformó en el chico oro de Hollywood, cultivó una carrera de éxito con papeles ícónicos en muy poco tiempo, como Jim Morrison en la biopic de The Doors, Doc Holliday en Tombstone o ser el Batman de “Batman Forever”, la película de Joel Schumacher en la que participó Jim Carrey y Nicole Kidman.

Miembro del club de los “actores difíciles”

Su historia con el superhéroe de DC Comics sólo duró una película, abandonando la producción declarando que “nadie se preocupaba del personaje de Bruce Wayne, sólo querían que los villanos se lucieran y poner mi cara en la caja de la Cajita Feliz”.

Vanity Fair señala que el actor comenzó a ganarse una fama que nadie quiere, la de desagradecido y un miembro más de los actores difíciles de Hollywood, ese donde están otros como Edward Norton o Lindsay Lohan.

Lo sentenció un artículo de Entertainment Weekly en 1996, que confirmó la reputación que se había ganado el actor, indicando los testimonios de quienes trabajaron con él como por ejemplo John Frankenheimer, quien compartió labores con él en “The Island of Dr. Moreau” y declaró al medio: “No me gusta Val Kilmer, no me gusta su ética de trabajo y no quiero volver a asociarme con él”.

Icon destacó sus constantes salidas de protocolo, recordando que cuando participaban en el rodaje de “The Island of Dr. Moreau” llegó a apagar un cigarro en el rostro de un camarógrafo y el propio Marlon Brando arrojó su celular a unos arbustos advirtiéndole: “¡Nunca confundas el tamaño de tu cheque con el tamaño de tu ego!”.

Joel Schumacher, su director en Batman, se refería a él comentando: “Val era irracional y volátil contra el asistente de dirección, contra los cámaras, contra los de vestuario. Era maleducado, infantil e imposible. Después de nuestra pelea se pasó dos semanas sin hablarme y fueron dos semanas de felicidad total. No era un actor difícil, era un actor psicótico”.

El abismo comenzaba para el artista que al mismo tiempo iniciaba un duro proceso de divorcio de su ex esposa, la actriz Joanne Whalley, con quien tuvo dos hijos, Mercedes y Jack, mientras mantenía una relación con la modelo Cindy Crawford. Aunque luego confesaría que el divorcio lo desgarró.

Tras conseguir los mejores papeles en la industria, su carrera comenzó a declinar con producciones como “El Santo” o “Planeta Rojo” que no cumplieron las expectativas y fueron fracasos rotundos para Val, que luego sólo conseguía papeles secundarios hasta que poco a poco fue desapareciendo de los éxitos de Hollywood.

El poder de una cámara reflejado en la ovación de Cannes

Por más de 40 años, Kilmer estuvo con una cámara en mano retratando su vida, desde los momentos en que partía en las tablas junto a Kevin Bacon o Sean Penn hasta el momento en que se reveló que padecía cáncer a la garganta, una enfermedad que lo dejó sin voz, literalmente.

En sus memorias “I’m Your Huckleberry” relataba que mientras estaba Nashville en 2014 percibió que tenía un bulto en la garganta , pero luego vino algo peor. “Una noche, de repente, desperté vomitando sangre, que cubrió la cama como si se tratara de una escena de El Padrino”, contó.

Fue en 2015 cuando le diagnosticaron la enfermedad que escondió e incluso negó, una vez que su amigo Michael Douglas declaraba que Kilmer padecía lo mismo que había tenido él.

Tuvieron que pasar dos años para que hiciera pública su enfermedad, confirmando su batalla que se sometió a dos traqueotomías y quimioterapia, lo que le dejó la traquea tan sensible que debe alimentarse por un tubo conectado al estómago y apenas tiene voz.

Parte de este proceso se ve reflejado en “Val” el documental que recientemente estrenó en el Festival de Cannes y que se compone de las grabaciones de más de 40 años donde captura el “el talento, la inteligencia y el don para el autosabotaje” destacaba Variety.

El documental, dirigido por Leo Scott y Ting Poo, es un retrato a Val Kilmer en su vida pública e íntima, donde se ve al rompecorazones de los 90 que estuvo con estrellas como Cher, Michelle Pfeiffer, Carly Simon e incluso Angelina Jolie, pero también al hombre de 60 años, con una voz tan ronca que deben subtitular o su hijo Jack interpretar para la cámara.

El actor también participa como coproductor de la obra que lo retrata como un chico bonito que pasó a ser un artista frustrado y sin voz, lo que declara valentía, ya que como señala The New York Post: “Pocos permitirían ser vistos como Kilmer: apariencia cambiada, vulnerable, humillado. Para continuar ganándose la vida y reviviendo las glorias pasadas, tocará a los muchos artistas pasados ​​por alto de la industria”.

Sus hijos, Mercedes Mercedes y Jack Kilmer fueron los representantes de Val en el estreno del documental ovacionado en Cannes, ya que el actor no pudo asistir. El documental será estrenado al público el próximo 6 de agosto a través de la plataforma Amazon Prime, en lo que será una primera vuelta de Val Kilmer al éxito a Hollywood.

Top Gun: Maverick

El documental que protagoniza el actor no será su única participación en la cartelera de este año, ya que se unió al elenco de Top Gun: Maverick, la secuela de su primer éxito mundial.

Filmada para estrenar en 2020, la pandemia del Coronavirus retrasó su llegada a la pantalla, pero se espera que a finales de este año podamos ver qué pasó más de 30 años después con los pilotos de excelencia.

En el film, Kilmer vuelve nuevamente a encarnar a Iceman junto a Maverick, el protagonista interpretado por Tom Cruise, en una relación que habría evolucionado, consignó el directo de la película, Joseph Kosinski. “La rivalidad y la relación entre Iceman y Maverick es una de esas cosas que hace que la primera película sea tan icónica. Es una relación que es importante para la franquicia de Top Gun, y como fan me gustaría ver cómo ha evolucionado”, señaló.

La participación de Val se da en la secuela luego de que él mismo contactara a los productores y al propio Tom Cruise para unirse a la película que recuerda el comienzo de su carrera en el cine, cuando era sólo un talentoso chico rubio en Hollywood.