Murió hace poco más de 5 años, pero durante mucho tiempo (desde los años 50 a los últimos 70), Madame Claude, cuyo verdadero nombre era Fernande Grudet, fue la proxeneta más famosa de Francia.

“Me pasé la vida ocupándome del placer de los otros”, escribió en su autobiografía de 1975, donde rehuyó, como siempre, de términos como proxeneta y prostitución. Se definía a sí mismo como una “vendedora de fantasías”, y entre sus “clientes” más VIP se encontraban mega celebridades como JFK, Marlon Brando, el shah de Irán o el magnate de Fiat, Giovanni Agnelli.

A sus “chicas” (un escuadrón de más de 500 mujeres) las “preparaba” con rigor y mucha disciplina. Sus lazos con el poder hicieron que sorteara casi todas las denuncias en su contra, a tal punto que debió cumplir una sola condena en prisión, de apenas 4 meses.

Su vida ya fue llevada al cine en los años 70 y ahora llegó el turno de esta nueva (¿y definitiva?) biopic, dirigida nada menos que por Sylvie Verheyde, creadora de la premiada Sex Doll.

Netflix

Protagoniza Karole Rocher, y su visión, claro, está más ajustada a los tiempos actuales, y a los continuos debates (incluso dentro del feminismo) sobre prostitución, estigmatización social y abolicionismo.