No todos los superhéroes llevan capa, algunos prefieren los vestidos como August Crimp, que se convierte en “Dragman” cuando se viste de mujer, un personaje inspirado en el pasado de su autor, el británico Steven Appleby.

En su primera novela gráfica, llena de humor y suspenso, Appleby, que comenzó como dibujante de prensa, presenta a un hombre que descubre que tiene el poder de volar cuando se viste de mujer y que además le encanta hacerlo.

Avergonzado por esta pasión secreta, August deja de lado los vestidos y se decide a llevar una vida de padre corriente. Pero cuando su joven vecina le pide ayuda, no le queda más remedio que sacar la ropa femenina y volver al trabajo.

“He puesto mucha de mi experiencia en el libro”, explica Appleby, de 65 años, en una entrevista a la Agence France-Presse concedida en su estudio del sur de Londres.

Portada de “Dragman”

“Vergüenza”

Al igual que su personaje, Steven descubrió a una edad temprana que le gustaba travestirse. En ese momento era estudiante.

“Encontré unas medias detrás de un sofá y de repente pensé que podía disfrazarme y parecer una chica”, recuerda. Fue una experiencia que le divertía y al mismo tiempo lo “llenaba de vergüenza y miedo de que algún compañero se enterara”, asegura.

En el libro, la esposa de August, Mary, es carpintera, tal como la esposa de Steven, Nicola Sherring, cuando la conoció. Juntos tuvieron dos hijos y, aunque ya no son pareja, sigue siendo su “mejor amiga” y fue ella quien puso color a “Dragman”.

“La gran diferencia entre August y yo, es que yo le dije que me gustaba disfrazarme cuando nos conocimos”, afirma.

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“A ella no le importaba, íbamos de compras, teníamos la misma talla y yo me ponía algo de su ropa. Pensó que era divertido, pero se dio cuenta de que también era una obsesión y todo se complicó”, dice.

Aún casados pero separados, viven bajo el mismo techo con el nuevo novio de Nicola y han criado juntos a sus dos hijos y a los hijos de Nicola nacidos de otras relaciones.

Su familia siempre lo apoyó, pero Appleby reconoce que le costó mucho tiempo asumir su identidad. Dio el salto hace unos doce años y desde entonces sólo se viste de mujer.

“Creo que era el miedo lo que me impedía hacerlo”, dice. Al final, sus hijos ni se inmutaron.

Agradecimientos de mujeres transgénero

Ahora Steven se llama a veces “Nancy” y dice que acepta el uso del pronombre “él” o “ella”.

Creó el personaje de “Dragman” en 2002, cuando cada semana dibujaba en el periódico The Guardian a un personaje “saliendo del armario”. “Para mí era una forma de jugar con el tema sin tener que decir que era travesti”, recuerda.

Sin embargo, nunca se lo dijo a sus padres, una canadiense y un inglés que lo criaron en una vieja rectoría del norte de Inglaterra.

De niño, Steven fue enviado a un internado y después estudió arte. Finalmente acabó en el Royal College of Art de Londres, con Quentin Blake, un famoso ilustrador de libros infantiles, como tutor. Fue Blake quien le animó a “encontrar su propio estilo”.

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Desde la publicación de “Dragman”, Appleby dice haber recibido mensajes de agradecimiento de mujeres trans. “Alguien incluso me escribió para decirme que acababa de decirle a su esposa que le gustaba vestirse de mujer”, explica y añade que esta se lo tomó bien.

Con “Dragman” retomó el universo de los superhéroes y la ciencia ficción que acunaron su infancia.

Appleby admite que tiene predilección por Batman. Y dice, con una gran sonrisa, “creo que Catwoman influyó en mi forma de vestir”.