Renault confirmó este jueves que varias de sus sedes en Francia fueron registradas por inspectores antifraude, una información que hundió sus acciones en la bolsa de París por el temor a un nuevo caso como el de Volkswagen.

Por su parte, la ministra de Ecología francesa declaró en la tarde del jueves que motores diésel del francés Renault y de varios constructores de otros países incumplieron las normas de emisiones de CO2 y óxidos de nitrógeno.

No obstante, Ségolène Royal también afirmó que no se detectaron “programas informáticos de fraude” en los vehículos examinados, salvo los de Volkswagen.

La ministra también precisó que se trata de “conclusiones provisionales” de la comisión que realizó estas pruebas.

Dicha comisión examinó desde octubre vehículos de ocho marcas diferentes (Renault, PSA, Volkswagen, Mercedes, Ford, Opel, Toyota et BMW). En etapas posteriores, se examinarán automóviles de Nissan, Volvo, Suzuki y Fiat.

La comisión técnica independiente lleva a cabo los tests en nombre del gobierno para detectar posibles fraudes en los controles de contaminación de los vehículos franceses.

La comisión técnica está formada por investigadores de asociaciones de consumidores y del medio ambiente así como por representantes de organismos medioambientales.

“Le tengo confianza a Renault, que es un gran industrial francés”, declaró la ministra en rueda de prensa en la tarde del jueves.

También en la tarde del jueves, la bolsa de París cerró con una caída de 1,80%, provocada en gran parte por el desplome de 10,28% del título Renault, tras el registro de varias de sus sedes por inspectores antifraude.

El hundimiento fue provocado por la confirmación, revelada primero por un sindicato, de que inspectores de la Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Represión del Fraude (Dgccrf) registraron la semana pasada la sede central de Renault en París y dos centros de Lardy y Guyancourt, en la región parisina.

Royal también declaró el jueves que estos “allanamientos no tienen nada que ver” con las pruebas realizadas por la comisión, sin brindar mayores precisiones.

El otro gran constructor francés, PSA Peugeot Citroen, que también sufrió caídas en bolsa, aseguró por su parte en un comunicado que no ha sido inspeccionado por los agentes y que los tests del gobierno tras el caso Volkswagen no detectaron ninguna anomalía.

El sindicato CGT del centro técnico de Renault en Lardy, que anunció los registros, explicó que los agentes se llevaron “ordenadores de varios directores” de la compañía.

Tras el escándalo de Volkswagen, Renault anunció en diciembre un plan de inversión de 50 millones de euros para reducir la diferencia que existe entre las emisiones contaminantes de sus coches en condiciones de laboratorio y en condiciones reales.

Volkswagen, el número dos mundial del automóvil, admitió en septiembre haber instalado un programa para manipular los niveles de contaminación en 11 millones de vehículos diésel vendidos en todo el mundo.

El pasado domingo el director general de la compañía alemana, Matthias Müller, se disculpó públicamente en Estados Unidos por el escándalo que ha tenido repercusiones mundiales y anunció una inversión de 900 millones de dólares.