El sismo que sacudió el sur de Asia el lunes dejó al menos 160 muertos -incluyendo doce niñas afganas que perecieron en una estampida provocada por el pánico-, y más de mil heridos, según balances oficiales.
El temblor, de una magnitud de 7,5, tuvo su epicentro cerca de Jurm, en la región del Hindu Kush, a 250 kilómetros de Kabul, y a una profundidad de 213,5 kilómetros, indicó el Instituto de Geología de Estados Unidos (USGS).
El movimiento telúrico, que duró casi un minuto, sacudió edificios de Kabul, Nueva Delhi e Islamabad y provocó movimientos de pánico en la población.
El balance provisional es de 135 muertos en Pakistán y 31 en Afganistán.
“Los primeros informes muestran un importante número de personas muertas, y enormes pérdidas financieras en Badajshan, Tajar, Nangarhar, Kunar y en la capital, Kabul”, dijo el primer ministro afgano, Abdulá Abdulá.
“Se desconocen las cifras exactas porque las líneas telefónicas se han caído y la comunicación está cortada en muchas áreas”, añadió el jefe del Ejecutivo.
“El sismo provocó enormes daños en algunos distritos”, dijo por su parte el gobernador de la provincia de Badajsan, Shah Wali Adib. “Por el momento, se ha dado cuenta de 1.500 hogares dañados o destrozadas”.
En el noreste de Afganistán, al menos 12 niñas murieron y 35 resultaron heridas en el momento de evacuar la escuela, indicaron funcionarios locales.
“Las alumnas se precipitaron para salir de la escuela, desencadenando una estampida”, dijo a la AFP Enayat Naweed, jefe del departamento de Educación de Taluqan, capital de la zona tribal de Tajar.
En la vecina provincia de Badajshan, murieron al menos 9 personas, y el gobernador Shah Wali Abib dio cuenta de al menos 400 casas destruidas.
Otras ocho personas perdieron la vida y 69 resultaron heridas en la provincia de Nangarhar (este), según un hospital local, y dos en Baghlan (norte) según fuentes locales.
En Pakistán, el balance provisorio era de 135 muertos y centenares de heridos, según un recuento realizado a partir de datos proporcionados por las autoridades locales y provinciales.
La Autoridad paquistaní de Gestión de Catástrofes Naturales dio cuenta de 43 muertos, pero dijo que esperaba la confirmación de otras muchas muertes.
Por su parte, el ejército confirmó la muerte de 123 personas e indicó que 950 personas resultaron heridas.
Al menos 28 personas murieron en las zonas tribales del norte del país, fronterizas con Afganistán.
Otras 20 murieron en el noroeste, tres en la región Gilgit-Baltistán y una en la parte paquistaní de Cachemira, indicaron las fuentes.
‘Fue terrible’
Más al sur, en Islamabad, la capital, los habitantes, acostumbrados a sentir movimientos telúricos varias veces por año, salieron precipitadamente de las viviendas y oficinas.
“Fue terrible. Me recordó 2005″, dijo una mujer de unos cincuenta años.
Hace diez años, el 8 de octubre de 2005, un terremoto de magnitud 7,6, con un epicentro próximo al del sismo de este lunes, causó la muerte de 75.000 personas y dejó a más de 3,5 millones en la calle.
“Nunca sentí un terremoto tan fuerte en mi vida”, dijo Mohamad Rehamn, un habitante de Peshawar (noroeste de Pakistán), de 87 años.
Más de 100 personas resultaron heridas en Peshawar, indicó el responsable de un hospital público.
“Muchos más heridos están llegando al hospital y aún hay mucha gente bajo los escombros”, dijo a la AFP el médico Muhamad Sadig, jefe de los servicios de emergencia.
En Srinagar, la principal ciudad de la parte india de Cachemira, los habitantes salieron corriendo a las calles, muchos con los niños en brazos.
“La cantidad de víctimas no debería ser tan importante como en 2005, pues el hipocentro esta vez era mucho más profundo”, dijo un responsable de la autoridad paquistaní de catástrofes naturales.
La red de teléfonos móviles quedó cortada, pero de momento no hay información de daños en esta región, donde hace un año las inundaciones afectaron a muchos edificios que ahora son más vulnerables a un terremoto.
Poco después del sismo se produjo una réplica de magnitud 4,8, según el USGS. Esta agencia publicó en su web una previsión estadística según la cual hay un tercio de posibilidades de que el número total de bajas humanas se sitúe entre 100 y 1.000 personas, y daños por un valor de varios millones de dólares.