La Alianza Atlántica, reunida de urgencia este martes en Bruselas a petición de Turquía, dio su apoyo al gobierno de Ankara en su doble ofensiva contra los rebeldes kurdos y el grupo Estado Islámico.
“La OTAN sigue de cerca el desarrollo de la situación y hemos asegurado a nuestro aliado turco nuestra fuerte solidaridad”, dijo el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, al abrir la reunión de embajadores de los 28 países miembros de la Alianza.
Stoltenberg, quien confirmó que Ankara no reclamó “una presencia militar adicional”, calificó esta reunión de oportunidad “para responder a la inestabilidad en las puertas de Turquía y en las fronteras de la OTAN”.
Aunque todos los participantes reconocieron a Turquía su “derecho a defenderse”, algunos abogaron por una “respuesta proporcional” contra los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) con el objetivo de preservar el frágil proceso de paz iniciado en 2012.
“La defensa contra los actos terroristas del PKK está justificada, pero la reconciliación debe continuar”, resumió la representante permanente de Holanda en la Alianza Atlántica, Marjanne de Kwaasteniet.
La ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, para quien la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) es la “prioridad absoluta”, indicó, en esta línea, que “el proceso de reconciliación con los kurdos en Turquía no debía (…) abandonarse”.