La contaminación de Vidrios Lirquén es el punto negro más visible del Concepción Metropolitano, de acuerdo a datos de la Seremi de Medio Ambiente que confirman emisiones de esta planta muy superiores a las que presentan las termoeléctricas de Coronel y las industrias de Talcahuano.

En teoría, la declaración de zona saturada para el Gran Concepción que contempla un plan de descontaminación y por ende una exigencia de reducción de emisiones podría ser la solución para obligar a la empresa de Vidrios ubicada en Lirquén a someterse a la norma.

Hoy sólo es fiscalizable desde el punto de vista del decreto supremo 144 de la Autoridad Sanitaria. Según el seremi de Medio Ambiente Richard Vargas, el titular alude que tiene una chimenea bastante alta para eludir su responsabilidad.

Material particulado 2,5, óxido de nitrógeno y monóxido de carbono son los principales componentes de la emisión de Vidrios Lirquén al medio ambiente, con cantidades que de acuerdo a los registros la convierten en el principal contaminante industrial del Concepción Metropolitano.

No contar con Resolución de Calificación Ambiental significa que no es susceptible de ser fiscalizada por la Superintendencia de Medio Ambiente y puede seguir contaminando a sus anchas.

La planta existe desde 1933 cuando no había reglamento ni institucionalidad ambiental que hoy la obligue. Como no se le obliga, ha optado por una conducta no amigable de resistirse a efectuar las inversiones para dotarse de filtros, que hoy cuestan cerca de 2 millones de dólares.