Las discusiones no son la causa del quiebre de las relaciones, sino que la forma en que se desarrollan. Así lo afirma el experto en comportamiento Al Switzler, quien en un artículo publicado en el portal especializado Psychology Today explica que las parejas que saben discutir son 10 veces más propensas a tener una relación feliz.
“Cuando estás atrapado en una acalorada discusión, las palabras que elijas, el tono que adoptas, las tácticas que empleas son más importantes para tu relación que el contenido del problema en sí. Si sabes cómo decirlo, puedes decir casi cualquier cosa a prácticamente cualquiera. Y puedes hacerlo de una manera que realmente fortalezca tu relación”, asegura.
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Una vez sabido esto, responde las 10 preguntas a continuación, lo más honestamente posible.
1. ¿Uno de ustedes dos ha evitado hablar de ciertos temas porque normalmente llevan a una discusión poco saludable?
2. Cuando te preocupas mucho por un problema, ¿tú o tu pareja te presiona duramente o incluso trata de intimidarte durante la discusión?
3. En lugar de empujar y posiblemente ofender, ¿tú o tu pareja escapa de la discusión y ni siquiera escucha?
4. ¿Te sientes mal por la forma en que tratas o te trata la otra persona durante una discusión emocional?
5. ¿Tú o tu pareja usan tácticas de debate o de otro tipo para tratar de ganar la discusión?
6. Si lo que quieres decir a tu pareja es duro, ¿tiendes a subestimar o endulzar el mensaje?
7. Cuando no estás de acuerdo sobre una opción (por ejemplo ver una película o ir un restaurante) ¿Tú o tu pareja tiende a salirse con la suya con mayor frecuencia que el otro?
8. Después de una discusión, ¿uno de los dos siempre termina pidiendo disculpas por la forma en que trató al otro?
9. En lugar de enfrentarse a una posible discusión, ¿tú o tu pareja se queda callado y luego busca alivio desahogándose con un amigo o pariente?
10. ¿Si debes elegir entre ser franco y posiblemente ofender a la otra persona, das marcha atrás y no dices lo que quieres decir?
Si tu respuesta fue “sí” a 5 o más preguntas, tú relación está en riesgo. “Cada una de las diez preguntas es un ejemplo de lo que pasa cuando no puedes hablar con franqueza sin causar problemas. Si para plantear tu punto debes endulzar un mensaje, o forzar las cosas para poder ser escuchada/o, tu relación termina dañándose”, señala el experto.
No todo está perdido
Sin embargo, Switzler afirma que la buena noticia es que puedes aprender a discutir bien y sobre cualquier cosa. En este sentido, él entrega 5 consejos:
Gestiona tus pensamientos. Suaviza tus juicios preguntándote por qué una persona racional y decente haría lo que tu pareja está haciendo.
Afirmar antes de que quejarse. Establece un clima de seguridad emocional que permita que tú y tu pareja puedan expresar lo que sienten con respeto y mostrando que siempre cuidas de él o ella.
Comienza con los hechos. Cuando comiences la discusión deja atrás el lenguaje acusatorio, crítico e inflamatorio.
Sé honesto/a. Después de haber establecido los hechos, pregúntale a tu pareja qué le preocupa. Pero no lo hagas como una acusación, sino como una invitación a compartir su opinión.
Invitar al diálogo. Luego de compartir tus inquietudes, anima a tu pareja a decir lo que piensa. Si estás abierto a escuchar el punto de vista del otro, él o ella será más abierto al tuyo.