Quince militares retirados y civiles fueron condenados este viernes a cadena perpetua, por las violaciones de los derechos humanos cometidas en un centro clandestino de detención en la última dictadura (1976 a 1983), informó el tribunal.
Una veintena de uniformados y civiles fueron juzgados por un tribunal oral de La Plata (62 km al sur de Buenos Aires) por la aplicación de tormentos y el asesinato de 135 víctimas, entre ellas la hija de Estela de Carlotto, líder de las Abuelas de Plaza de Mayo.
En el juicio se investigaron las violaciones de los derechos humanos cometidos en el centro clandestino conocido como “La Cacha”, que funcionó en las afueras de La Plata.
La sala del tribunal se encontraba abarrotada de público, entre ellos Carlotto, que aplaudió fervientemente la sentencia, según imágenes transmitidas por internet por el Centro de Información Judicial, que depende de la Corte Suprema.
En el banquillo de los acusados estuvo nuevamente el exjefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, Miguel Etchecoltz, quien sumó una segunda condena de por vida.
“Condenando a Miguel Etchecolatz a la pena de prisión perpetua por su complicidad en el genocidio perpetrado en la última dictadura militar”, leyó uno de los jueces en la sentencia, repitiéndose en el resto de las penas máximas.
Entre los condenados a perpetua, la mayoría son militares retirados, pero también se encuentran civiles miembros del servicio penitenciario y civiles, como Jaime Smart, ex funcionario del gobierno de facto.
El tribunal sentenció además a un marino y otros tres civiles a penas entre 12 y 13 años de prisión, y ordenó darles de baja de las Fuerzas Armadas a los militares involucrados.