Estados Unidos y Egipto instaron este domingo a israelíes y palestinos a resolver de una vez su viejo conflicto, durante una conferencia de donantes en Egipto para la Franja de Gaza, devastada por la guerra de este verano.

Los palestinos esperan que los donantes prometan ayudas por 4.000 millones de dólares para reconstruir el enclave, devastado por los 50 días de guerra de julio y agosto pasados.

Pero después de tres guerras en seis años, la gran cuestión de fondo de esta reunión es la paz duradera entre Israel y los palestinos. Según fuentes diplomáticas, muchos países están ya cansados de financiar reconstrucciones que con la siguiente guerra quedan en nada.

John Kerry, secretario de Estado norteamericano, invitó a las dos partes a reanudar las negociaciones interrumpidas desde abril.

El responsable, muy implicado personalmente en estos esfuerzos de paz, advirtió que el alto el fuego vigente entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas desde que terminó el conflicto de este verano “no es la paz”.

“Tenemos que volver a sentarnos en la mesa (de negociaciones) y ayudar a las partes a tomar decisiones difíciles, decisiones de verdad”, declaró Kerry.

En un tono más perentorio, el presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi pidió a Israel que llegue a un acuerdo de paz con los palestinos.

“Hago un llamamiento al pueblo israelí y al gobierno: es hora de poner fin al conflicto”, dijo el anfitrión de la conferencia.

Sentado a su lado, el presidente palestino, Mahmud Abas, invitó a la comunidad internacional a presionar para “fijar un límite en el tiempo y poner fin a la ocupación (israelí) e iniciar negociaciones serias” de paz.

Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, que no fue invitado a El Cairo, enfrió las perspectivas de una reactivación rápida de esas negociaciones.

“Hay que ver en qué marco y en base a qué puntos podrían entablarse esas negociaciones. Si sólo se basan en las exigencias palestinas, es buena gana”, dijo Lieberman a un sitio web de información.

EEUU aumenta su ayuda

En el conflicto de julio-agosto murieron casi 2.200 palestinos, fundamentalmente civiles, mientras que los ataques de milicianos de Gaza mataron a 73 de lado israelí, en su mayor parte militares.

Este enclave densamente poblado quedó en ruinas y la guerra obligó a desplazarse a más de la cuarta parte de la población de Gaza, de 1,7 millones, dejando a unas 100.000 personas sin hogar.

El gobierno palestino presentó un plan de reconstrucción de 76 páginas antes de esta conferencia.

Los palestinos pidieron 4.000 millones de dólares para la ayuda, que en gran parte será destinada a la construcción de viviendas.

Kerry anunció en la conferencia, a la que asistieron representantes de unos 30 países, que Washington aportará 212 millones de dólares más a la reconstrucción de Gaza, lo que eleva la promesa norteamericana en el último año a 400 millones USD.

Alemania prometió por su lado 63 millones de dólares y Noruega unos 13 millones.

Según Kerry, el desafío humanitario es “enorme”, y “la población de Gaza necesita la ayuda desesperadamente, no mañana o la semana próxima, sino ahora”.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió que la franja de Gaza “sigue siendo un polvorín”.

En 2009, “la comunidad internacional ya se reunió” en Egipto para la reconstrucción de Gaza, recién devastada por una ofensiva israelí, recordó Ban.

“Prometimos nuestro apoyo y acordamos reconstruir, y hoy estamos de nuevo aquí”, por lo que “el ciclo de construcción-destrucción continúa y empeora”, lamentó Ban, incidiendo en la necesidad de una paz duradera.

“Hemos visto proyectos de infraestructura a los cuales hemos contribuido que fueron destruidos”, dijo un diplomático occidental en Jerusalén, agregando que “los donantes están muy cansados”.

Gran parte de la comunidad internacional tiene sus esperanzas puestas en una mayor estabilidad política en Gaza, donde el jueves pasado se reunió el gobierno de unidad palestino, por primera vez desde su formación en junio.

El gobierno de unión, formado por personalidades políticas independientes, cristaliza la reconciliación después de años de rifirrafes entre el partido Fatah de Mahmud Abas y Hamas, que controla el enclave en términos de seguridad.