La Comisión Europea consideró este miércoles a Turquía como un “socio estratégico” en la lucha contra el grupo Estado Islámico y, a pesar de las restricciones a los derechos fundamentales en ese país, estimó que las negociaciones de adhesión deben seguir.

En su informe anual sobre el estado de los procesos de ampliación, publicado este miércoles, la Comisión destacó ampliamente el “importante rol regional” de Turquía y señaló que “se necesita desarrollar más el diálogo y la cooperación en temas de política exterior de mutuo interés”, en particular en relación a los combatientes extranjeros o la lucha contra EI.

“El rol de Turquía en Siria (…) es clave”, señala el informe, que enfatiza que Bruselas “continúa y alienta a Turquía a desarrollar su política exterior como un complemento de y en coordinación con la UE”.

Es “esencial que las negociaciones de adhesión sean el principal motor de nuestras relaciones”, indicó el comisario para la Ampliación, Stefan Fule, ante el Parlamento Europeo.

Pero sin embargo, a pesar de ver en Ankara un “socio estratégico”, la UE está “seriamente preocupada por la independencia del Poder Judicial y la separación de los poderes” en Turquía.

En el informe, la Comisión explica que “la respuesta del gobierno a las alegaciones de corrupción en diciembre de 2013 dio lugar a serias preocupaciones”.

“Las extendidas purgas y renuncias de oficiales de policía, jueces y fiscales, a pesar de las afirmaciones del gobierno según las cuales estos no estaban involucrados en el caso de anticorrupción, impactaron en el funcionamiento efectivo de las instituciones”, explica el informe.

Desde finales del año pasado, el gobierno turco de Recep Tayyip Erdogan ha llevado a cabo purgas sin precedentes en la policía -donde más de 6.000 funcionarios fueron despedidos o cambiados de puesto- y en la justicia.

La Comisión también señala en su informe los intentos de Anakara para prohibir las redes sociales, decisión revertida por el Tribunal Constitucional, y las “presiones a la prensa que llevan a una autocensura” lo que “refleja el enfoque restrictivo con respecto a la libertad de expresión”.

También critica la legislación turca y la implementación con respecto al derecho a manifestar, punto que, como los anteriores, deben evolucionar hacia “los estándares europeos”.

A pesar de estas críticas, Stefan Fule recomendará la apertura de dos nuevos capítulos del proceso de negociación, aquellos relativos a los derechos fundamentales, la justicia, la libertad y la seguridad (el 23 y el 24), lo que dará a Ankara, según el informe, “una completa hoja de ruta para realizar reformas en este área esencial”.

La UE y Turquía reanudaron en noviembre las negociaciones de adhesión, paralizadas durante tres años tanto por el bloqueo de Ankara como por la hostilidad de Francia y Alemania.

En noviembre pasado ambas partes abrieron un nuevo capítulo, el relativo a la política regional. De un total de 35 capítulos que cuenta el proceso de adhesión, ambas partes abrieron 14 y cerraron sólo uno.

Ocho capítulos están bloqueados porque Turquía no aplicó a Chipre el protocolo anexo del Acuerdo de Ankara (de 1963 y cuyo objetivo era establecer una unión aduanera entre ese país y la entonces Comunidad Económica Europea).

Este anexo de 2005 prevé que Turquía extienda a todos los miembros de la UE, Chipre incluido, los acuerdos aduaneros que unen al bloque europeo.

Pero Ankara no reconoce a Chipre. El norte de esta isla está ocupado desde 1974 por tropas turcas.c