El ejército iraquí trataba de retomar la iniciativa este viernes con ataques contra los insurgentes sunitas en la ciudad de Tikrit (norte), el mismo día en que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, llegaba a Arabia Saudita para buscar soluciones al conflicto en Irak.

El Parlamento salido de las elecciones de abril se prepara por su parte a reunirse el 1 de julio para iniciar el proceso político de formación de un gobierno, tras el anuncio por parte del primer ministro, Nuri al Maliki, de la necesidad de una solución política para sacar al país de la crisis en paralelo a la acción militar.

Maliki, un chiita criticado por marginar a los sunitas y por monopolizar el poder, cedió finalmente a los llamamientos de la comunidad internacional en favor de un gobierno de unión nacional que agrupe a todas las fuerzas políticas y comunidades para frenar la ofensiva liderada por los yihadistas y lanzada el 9 de junio.

El ayatolá Ali al Sistani, la más alta autoridad religiosa chiita en Irak, reiteró el viernes esta petición.

Pero el proceso político para la puesta en marcha de un gobierno podría alargarse. El nuevo Parlamento tiene que elegir en un plazo de 30 días a un presidente de la República. Este dispondrá de 15 días para encargar al candidato del bloque parlamentario que llegó en cabeza en los comicios –es decir, a Maliki– formar un nuevo gobierno en un plazo de 30 días.

Mientras tanto, las tropas gubernamentales tratan a duras penas de retomar las regiones controladas por los insurgentes, liderados por los yihadistas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL).

Tras recuperar el control de la universidad de Tikrit el jueves, a 160 km al norte de Bagdad, el ejército bombardeaba el viernes posiciones de los insurgentes y preparaba el asalto a la ciudad que tiene cercada, según un alto mando.

Casi 10.000 personas huyeron también de los bombardeos en los alrededores de la ciudad de Qaraqosh, en el norte de Irak, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

- Los kurdos se quedan en Kirkuk-

Según la ONG Human Rights Watch, los combatientes del EIIL llevaron a cabo en Tikrit ejecuciones en masa de soldados, donde mataron a entre 160 y 190 hombres en dos sectores de este antiguo bastión del presidente sunita Sadam Husein, derrocado por la invasión estadounidense en 2003.

Ante la progresión de los insurgentes, las fuerzas de seguridad se retiraron el 12 de junio de Kirkuk, ciudad multiétnica y petrolera al norte de Bagdad, pero fueron las fuerzas de la región autónoma de Kurdistán las que tomaron el control.

El presidente de Kurdistán, Masud Barzani, dio a entender este viernes que sus fuerzas no cederán el control de la ciudad.

“Ahora se acabó”, dijo a la prensa, refiriéndose a la disputa que opone desde hace tiempo el Kurdistán a la administración central de Bagdad sobre Kirkuk.

Este posicionamiento podría complicar la formación de un gobierno que reúna a todas las partes y que reclaman Estados Unidos y sus aliados occidentales y árabes.

Dentro de su misión para Irak que le ha llevado por Oriente Medio, incluido Irak, y Europa, Kerry llegó el viernes a Yedá, al oeste del reino sunita de Arabia Saudita, donde se entrevistará con el rey Abdalá sobre la crisis iraquí.

Arabia Saudita ha acusado abiertamente a Maliki, en el poder desde 2006, de haber llevado a Irak al borde del precipicio y reclama la formación de un gobierno de entendimiento nacional.

La ofensiva de los insurgentes ha dejado cientos de muertos y cientos de miles de desplazados y la ONU alerta de que pone en peligro la seguridad alimenticia en el país.