Ruth Buendía Mestoquiari, líder de la tribu asháninka, fue premiada el lunes en San Francisco por evitar en 2010 la construcción de dos hidroeléctricas en la Amazonia peruana que habrían provocado el desplazamiento de miles de índígenas.
“El coraje fue lo que me llevó a hacer todo esto”, aseguró Buendía al recoger el premio otorgado por la organización estadounidense medioambiental Goldman, que otorga los galardones.
Lima y Brasilia firmaron en 2010 un convenio según el cual Brasil construiría una quincena de represas en Perú, algunas de ellas en el río Ene -que con otros afluentes se convierte finalmente en el Amazonas- para posteriormente dirigir la energía a su territorio.
Buendía, que por entonces ya presidía la organización CARE (Central Asháninka del Río Ene), denunció que su país aprobó los acuerdos violando un tratado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que obliga a los gobiernos a consultar con las comunidades indígenas la construcción de proyectos en su territorio.
La líder indígena, de 37 años, logró unir a su pueblo contra las hidroeléctricas, usando entre otros medios, la proyección de simulaciones digitales, que mostraban la eventual catástrofe ambiental y el desplazamiento de unas 1.500 familias asháninka que habrían desencadenado las represas.
A finales de ese año, el gobierno peruano anunció la suspensión del proyecto Pakitzapango y meses después el conglomerado brasileño Oderbrecht abandonó el de Tambo 40, alegando la necesidad de respetar a las comunidades locales.
Los asháninka -que viven de la agricultura, la pesca y la caza- sufrieron los desplazamientos forzosos cuando la guerrilla Sendero Luminoso se instaló en sus tierras. Miles de ellos fueron asesinados, como el padre de Buendía, quien fue enviada a Lima para escapar de la violencia.
Buendía reivindicó la importancia que tiene la educación para hacer frente “al narcotráfico, a la extracción de gas y petróleo” que amenazan su territorio.
La indígena peruana dijo que invertirá los 175.000 dólares del premio en la educación de sus cinco hijos y en la financiación de la organización que preside.
Junto a ella también fueron premiados Desmond D’Sa, de Suráfrica; Ramesh Agrawal, de India; Helen Holden, de Estados Unidos; Suren Gazaryan, de Rusia; y Rudi Putra, de Indonesia.