Un estudio de la Universidad de Michigan sugirió que el triclosán, agente antibacteriano presente en algunos jabones y productos de limpieza, puede actuar como un promotor de las bacterias estafilococos en la nariz, contribuyendo al desarrollo de infecciones en esa zona.

Durante la investigación, los autores determinaron que el triclosán estaba presentes en la nariz de un 41% de los participantes.

“El triclosán se ha utilizado como biocida por más de 40 años, pero los efectos más amplios que tiene sobre el microbioma humano no se han investigado”, escribieron los encargados del sondeo.

Blaise Boles, autor del estudio y profesor asistente de biología molecular y celular en la U. de Michigan, señaló que el triclosán se utiliza con frecuencia en jabones antibacterianos, pero hay poca o ninguna evidencia de que sea mejor que el jabón regular. De hecho, según un documento oficial del estado de Carolina del Norte y un estudio anterior de la mencionada universidad, concluyó lo mismo.

Sin embargo, el triclosán está tan incorporado en nuestros artículos de uso diario que algunos análisis han encontrado rastros de este componente en la orina humana, la leche y el suero.

Lo malo es que cuando altas concentraciones de triclosán se encuentran en el sistema endocrino, puede ser perjudicial para el funcionamiento del corazón y el sistema músculo esquelético. Así lo afirmó anteriormente, una investigación de la Universidad de California en Davis y la Universidad de Colorado, la cual estableció que este componente no sólo retarda el nado de los peces, y dificulta la contracción muscular de ratones, sino que también afectaría la función cardíaca.

“A pesar de que el triclosán no está regulado como medicamento, este compuesto actúa como un potente depresor cardíaco en nuestros modelos”, señaló en una oportunidad Nipavan Chiamvimonvat, profesor de Medicina Cardiovascular de la U. de California, quien indicó que pese a que los estudios fueron realizados con animales, las evidencias son contundentes como para tomar resguardos en la salud humana.

Según el portal de noticias de salud Medical Daily, el Staphylococcus aureus es una bacteria que se encuentra regularmente en el tracto respiratorio o la piel y es una fuente común de infecciones cutáneas, intoxicaciones alimentarias, y enfermedades respiratorias. Además, las cepas de esta bacteria que causan enfermedades generalmente producen toxinas proteicas que inactivan anticuerpos.

Los autores estiman que un 30% de la población porta esta bacteria y que cuando el triclosán se encuentra en las narices de la gente puede ayudar a este microorganismo patógeno en la organización de las proteínas y la colonización, lo que en última instancia puede conducir a una infección.

“A la luz del uso significativo de triclosán en productos de consumo y la contaminación generalizada del medio ambiente, nuestros datos combinados con los estudios previos que muestran impactos de triclosán en el sistema endocrino y la función muscular, sugieren una reevaluación urgente del elemento en productos de consumo”, advirtieron los investigadores.

Además, un estudio anterior de la U. de Michigan informó que el triclosán reacciona en las células, lo que puede causar que algunas bacterias se vuelvan resistentes a antibióticos de uso común, tales como la amoxicilina. Esta conclusión fue respaldada por un artículo de la Comisión Europea, que indica que “algunas pruebas de laboratorio han demostrado que cuando se exponen al triclosán las bacterias pueden desarrollar resistencia genética, volviéndose resistentes a otros antimicrobianos, incluidos, en algunos casos, los antibióticos. Esta resistencia cruzada, si se produjera en la vida real, podría tener graves consecuencias para la salud pública”.

De hecho, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) instaron en diciembre a los fabricantes de jabones que contienen químicos antibacterianos que demuestren que sus productos, utilizados a diario por millones de personas, son realmente eficaces e inofensivos para la salud.