Ecuador y Bolivia urgieron el jueves a sus socios del Banco del Sur, un fondo regional de reservas, a activar cuanto antes la entidad, tras casi un año de atraso en su instrumentación.

Los cancilleres de Quito, Ricardo Patiño, y de La Paz, David Choquehuanca, formularon el llamado desde Quito y anunciaron que convocarán a una próxima reunión con sus socios de Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay y Paraguay, para destrabar la entrada en funcionamiento del organismo.

“Hemos compartido nuestra preocupación por el hecho de que (…) todavía no funciona el Banco del Sur”, tras casi un año de haberse reunido el consejo de ministros de finanzas para poner en marcha a la entidad, dijo Patiño en una conferencia de prensa junto a su homólogo boliviano.

En ese sentido, “ambos países, Bolivia y Ecuador, queremos hacer un llamado a los hermanos de los otros cinco países para que ya superemos las diferencias que puedan producirse, posiblemente diferencias técnicas o institucionales en los mandos medios, y que hacen que el banco no pueda funcionar”, enfatizó el ministro ecuatoriano.

Impulsado desde 2007 por el fallecido presidente Hugo Chávez, el Banco del Sur aspira a convertirse en el primer fondo regional de reservas y fuente de financiamiento de proyectos de infraestructura e integración.

La entidad contará con un capital global de 20.000 millones de dólares que serán aportados por los socios conforme su capacidad económica, siendo Brasil, Argentina y Venezuela -actualmente sumido en una severa crisis política- los principales contribuyentes.

El Banco del Sur “debe abrir sus puertas ya, y estamos haciendo un llamado en ese sentido”, declaró Patiño.

En junio de 2013, durante una reunión en Caracas, los ministros de economía implicados en la iniciativa habían acordado la estructura de operaciones del Banco del Sur, con sede en Caracas, pero desde entonces no se han anunciado nuevos progresos.

Países como Ecuador y Venezuela presentan la entidad como uno de los pasos fundamentales hacia “una nueva arquitectura financiera regional” alejada de la influencia del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.