El nuevo cardenal chileno, Ricardo Ezzati, quien recibió este sábado en el Vaticano de manos del papa Francisco el título cardenalicio, manifestó en una entrevista a la AFP que su prioridad como purpurado será fomentar la cultura de la solidaridad y la justicia social en América Latina.
Usted hace parte del primer grupo de cardenales que Francisco designa. Como representante de la Iglesia de América Latina ¿cuáles propuestas o ideas quiere impulsar en el Vaticano?
“El 12 de enero pasado, el Papa Francisco me escribía: ‘Deseo que, al ser agregado a la Iglesia de Roma, revestido de las virtudes y los sentimientos del Señor Jesús (cf. Rm 13,14), puedas ayudarme con fraternal eficacia en mi servicio a la Iglesia universal’. Este es y será mi proyecto. Lo quiero hacer con un corazón sencillo y humilde; sirviendo, en primer lugar, con renovado empeño, la Arquidiócesis de Santiago, porción del Pueblo de Dios, del cual soy obispo, con el estilo pastoral que el Papa Francisco impulsa en la Iglesia Universal, un estilo de sencillez, de cercanía y de servicio, especialmente hacia los más pobres y necesitados”.
“Con humildad y fraterna solicitud, deseo colaborar con el papa Francisco a fin de que la experiencia de la Iglesia en América Latina, contribuya a rejuvenecer el rostro y la misión de la Iglesia”.
¿Cuáles son los problemas más graves de la Iglesia de América Latina?
“América Latina está viviendo un cambio vertiginoso. Y lo está viviendo con muchas expectativas, y también con muchas decepciones, no solo en el campo económico y social sino, principalmente, en el ámbito cultural, es decir, el lugar que ocupa y debieran ocupar las personas humanas en el desarrollo del continente. América Latina necesita superar una antropología funcional que le fue impuesta para alcanzar un determinado concepto de desarrollo y encontrar una verdadera antropología de la solidaridad que ponga al centro la dignidad de la persona, la solidaridad entre hermanos y la vocación a la trascendencia, la justicia social y la comunión”.
“Muchas personas viven sin gozo de la existencia y encerradas en un individualismo estéril”.
“La brecha entre quienes todo lo tienen y quienes viven en la pobreza es escandalosa. Es necesario que crezca la cultura del encuentro y de la solidaridad entre todos. Todo esto hace urgente una nueva evangelización”.
Muchos de los escogidos no fueron informados con antelación por el papa Francisco de su designación como cardenal. ¿Fue también su caso? Y cuando lo supo ¿cuál fue su reacción?
“Efectivamente no fui informado con antelación .(…) ¿Cuál fue mi reacción? Además del estupor y de la gratitud al Santo Padre, asomó lo que tantas veces he experimentado en mi vida de sacerdote y de obispo: la presencia y la acción salvadora de Dios en la historia humana (…) Dios es quien se digna hacernos “puentes” para que los hombres y mujeres de hoy puedan encontrarse con Él, con su ternura y con su misericordia”.