El secretario general de la ONU, Ban ki-moon, decidió este lunes excluir de manera abrupta a Irán de la conferencia de Ginebra II, cuyo objetivo es buscar una solución política al conflicto en Siria, después de que Teherán se negara a aceptar el principio de una transición política para ese país.

La inesperada invitación de la ONU para que participara de la conferencia Irán, principal aliado del régimen de Bashar al Asad, duró menos de 24 horas durante las cuales se desató una tormenta política, con la oposición siria y Estados Unidos rechazando la presencia iraní en Suiza a partir del miércoles.

Ban se vio obligado a actuar después de la negativa de Irán a aceptar los términos del acuerdo de Ginebra de 2012, que llamó a un cambio de régimen en Siria. En declaraciones citadas por la agencia Irna, una portavoz del ministerio de Exteriores iraní aseguró que su país no aceptaba condiciones previas antes de ir a Suiza.

El mismo lunes en una entrevista exclusiva a la AFP, el presidente sirio Bashar al Asad se mostró dispuesto a presentarse como candidato a unas eventuales elecciones democráticas.

“Considero que nada me impide presentar mi candidatura(…) y si la opinión lo pide, no dudaré un segundo en hacerlo”, declaró Asad.

“Irán, pese a las promesas hechas verbalmente al secretario general, ha hecho una declaración pública decepcionante” al negarse a aceptar la posibilidad de un gobierno de transición para Siria, dijo desde Nueva York el portavoz de la ONU Martin Nesirky, al anunciar que se le retiraba a Teherán la invitación a participar de la conferencia de Ginebra.

A dos días del encuentro inaugural de la conferencia en la ciudad de Montreux, los países auspiciantes de la misma aparecen divididos, con Washington, París y Londres reacios a la presencia de Teherán mientras que el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, advirtió que la ausencia de Irán sería un “error imperdonable”.

Por otro lado, la Coalición Nacional de Siria saludó el cambio de opinión de la ONU y reafirmó su presencia en Montreaux y Ginebra este miércoles y viernes respectivamente, pero los rebeldes sirios también sufrieron divisiones en su seno por esa posición.

El Consejo Nacional Sirio (CNS), uno de los principales componentes de la oposición, anunció su retiro de la Coalición al expresar su desacuerdo en participar de negociaciones con representantes del régimen de Asad.

Sobre el terreno, la guerra continúa

Mientras tanto, este lunes un doble ataque suicida provocó al menos 16 muertos en el puesto fronterizo de Bab al Hawa, en la frontera entre Siria y Turquía, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

El puesto fronterizo está controlado por grupos rebeldes que desde el 3 de enero se enfrentan en sangrientos combates con los yihadistas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), exaliados en la lucha contra el gobierno del presidente Asad.

Milicianos de EIIL tomaron el lunes el control del aeropuerto militar de Jarrah, este de la provincia de Alepo, norte de Siria, que estaba en manos de los rebeldes desde febrero de 2013.

Iniciada en marzo del 2011, la guerra en Siria ha causado más de 130.000 muertos según cifras de la ONU.

Las negociaciones entre el gobierno del presidente Bashar al Asad y la oposición, dirigida por Ahmad Jarba, están previstas a partir del viernes en Ginebra.

No obstante, los objetivos de los dos campos parecen irreconciliables, dado que la oposición insiste en que su único objetivo es desembarazarse de Asad.