Dos “barras bravas” del club Cerro Porteño de Paraguay fueron condenados a 16 y 15 años de cárcel, respectivamente, por una herida de bala en la cabeza que provocaron a otro joven del equipo rival Olimpia, en un suceso ocurrido en las inmediaciones del estadio “Defensores del Chaco” hace dos años, informaron fuentes judiciales el pasado jueves.
El autor y su cómplice, Antonio Arzamendia y Carlos Samaniego, se acercaron en motocicleta hasta un grupo de aficionados que iban camino al principal coliseo futbolístico de Asunción y el primero disparó de forma aleatoria con su arma de fuego.
El proyectil se alojó en el cráneo de Gabriel Franco, en la actualidad de 19 años, quien, tras meses de luchar por su vida, sobrevivió pero quedó con graves secuelas (con un estado mental de 12 años), según los informes.
En el juicio oral y público, se comprobó la culpabilidad de los autores quienes fueron condenados a 16 y 15 años de cárcel, respectivamente, por “tentativa de homicidio acabada”.
La bala que impactó en el cráneo de la víctima continúa alojada en su cabeza y sus padres, de modesta condición, señalaron el jueves en la audiencia que usaron todos sus ahorros en el tratamiento y que requieren de unos 6.000 dólares para someter a su hijos la delicada operación de extracción del proyectil.
“Más allá de todo estamos satisfechos con la sentencia. Se hizo justicia”, afirmó el padre del joven, Eliseo Franco, a periodistas en la sede judicial de Asunción.