Los estudios encargados por Sernapesca para esclarecer las razones de la masiva varazón de peces ocurrida durante la noche del pasado domingo en la bahía de Puerto Montt establecieron que el fenómeno no se debió a causas infecciosas o tóxicas.
El estudio fue realizado en un laboratorio especializado local, que analizó una muestra de 23 peces que vararon -junto a otros miles- a lo largo de 15 kilómetros de borde costero, concluyéndose que no se detectaron causas ni infecciosas ni tóxicas en este hecho.
Esto, según lo explicó el director regional de Sernapesca, Eduardo Aguilera, significa que “los peces murieron por causas difíciles de precisar” sin la ejecución de un estudio acabado y sostenido en el tiempo, monitoreo del cual no dispone el organismo para dilucidar este fenómeno que se produce todos los años -dijo- en la zona.
Un opinión contraria fue la expuesta por Javier Gallardo, ingeniero civil especialista en musgos y humedales y que trabaja asesorando medioambientalmente con pescadores de la región.
Concuerda plenamente en que la causa más probable de esta masiva muerte sea el ascenso a la superficie marina de una masa de agua carente de oxígeno, algo que para él sí responde a la intervención humana por sobrecarga orgánica a partir de desechos domiciliarios sin tratamiento secundario o la acción de la industria salmonera.
Este punto de vista no fue compartido por el director regional de Sernapesca, argumentando que si el hecho se debiera a una acción del hombre entonces este tipo de fenómenos no ocurrirían con tanta frecuencia en canales y fiordos de la región donde no hay presencia humana, desestimando de este modo -pero no descartando- que haya sido un factor humano el causante de este llamativo fenómeno.